El empresariado nacional, igual que el internacional, sólo puede crecer rebajando y atentando contra las condiciones laborales y salariales, esto es, contra la vida misma de los que necesitamos trabajar para mantener el alma unida al cuerpo. Laclase dominante, la burocracia, los partidos patronales y el gobierno que le sirve, de manera clara cierran filas ante uno de los suyos. Los trabajadores de todo el país estamos apoyando la lucha de los trabajadores de Parmalat.
Parmalat
En la mañana del 6 enero, los reyes magos de la burocracia de ATILRA llegaron en 6 micros, 16 trafic y 7 autos transportando a 500 matones encabezados por Ponce. Rompieron el portón, robaron mercaderías del stock, herramientas y dañaron las instalaciones productivas, previa paliza a los trabajadores que mantenían la guardia y a los compañeros de la Comisión Interna.
Esta aparición mágica de la burocracia sindical busca destrozar la lucha que mantienen los trabajadores, aplastarlos y diezmar los ánimos para entregarla a su verdadero amo: Tasselli. La burocracia sindical y Tasselli se dan la mano y quieran darle con el garrote a los trabajadores que luchan por salarios y por defender los puestos de trabajo; una cuadratura de circulo para la burocracia. Esta provocación buscó crear un hecho a los intentos de la patronal para abrir causas penales a los obreros que mantienen la toma.
El 7 de enero se volvieron a tomar las plantas de Pilar y Carapachay. Es la única manera que tienen los trabajadores de impedir el vaciamiento de la empresa y obstaculizar el plan patronal de la burocracia de ATILRA.
A las trompadas de los matones de la burocracia, los trabajadores le oponen asambleas de base y la toma de la planta.
La nutritiva estafa de la patronal.
Producto de la crisis de la multinacional a escala mundial, Parmalat Argentina, mediante un euro ¨simbólico pasó a manos de las sociedades Molinos y Establecimientos Harineros Bruning e Industrias Argentinas Man, del empresario Sergio Tasselli, que sin respiro puso a la empresa en licitación de acreedores, y amenaza con la quiebra de la empresa, ya que la Ley de Quiebras habilita a suspender el convenio colectivo de trabajo, despedir personal y rebajar los salarios, o sea hacerse un festín a costa de los trabajadores.
Sí, leyeron bien: Tasselli, empresario nacional que vacía fabricas y empresas, el responsable de la muerte de 14 mineros del Turbio, del escándalo de Metropolitano, etc.
Por esto, los trabajadores de Parmalat, al enterarse de quien se haría cargo de la empresa, y por parte de salarios adeudados, rápidamente tomaron las plantas de Pilar y Carapachay, paralizando la actividad productiva y comercial a partir del lunes 20 de diciembre.
Hay de por medio un reclamo de salarios atrasados y del pago del medio aguinaldo de diciembre, que ya habría sido abonado, al menos parcialmente. Pero el nudo del conflicto es que los ejecutivos que desembarcaron hace diez días quieren discutir con los delegados de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de Capital un plan para achicar la planta de personal, de 1.200 personas, así como discutir una reducción de algunos salarios. "Es algo que se debería conversar. Desde que Parmalat estaba a la venta se sabía que estaba sobredimensionada, con salarios que responden a un convenio colectivo muy alto", dijo a Clarín el nuevo director ejecutivo de la empresa, Mario Joris. Los delegados gremiales rechazaron de plano la propuesta. "Hoy la industria láctea está viviendo un pico de crecimiento, con alta rentabilidad. Todas las empresas del sector ya refinanciaron sus deudas, excepto Parmalat", dijo Paco Trejo, delegado gremial de la empresa.( Clarín)
Esta respuesta urgente ante la incertidumbre por parte de los trabajadores, es la que impidió que desde el vamos Tasselli pudiera llevar adelante sus planes de reestructuración, porque unió a los trabajadores de convenio y fuera de convenio, obreros, fleteros y personal de administración contra el enemigo común. Incluso la nueva directiva hizo un pedido de colaboración a la Comisión Interna para reducir salarios y admitir despidos, que no fue aceptado.
Según el nuevo director ejecutivo Mario Joris, "Una compañía con este nivel de endeudamiento y que factura un poco más de $ 100 millones anuales es inviable, con lo que es clave lograr una reestructuración de los pasivos. En ningún momento hablamos de despidos con el gremio, pero está claro que es necesaria una reestructuración para tornar rentable a la compañía".
Ante la intransigencia de los trabajadores y mediante las gestiones de los delegados sindicales de ATILRA, se llegó a un compromiso temporal y precario, donde el nuevo directorio se compromete a no despedir más trabajadores y no afectar las condiciones laborales.
Desgraciadamente, en ese momento, la conciliación obligatoria le dio tiempo a Tasselli para seguir fabricando sus especulaciones, mientras los trabajadores levantaron las medidas de fuerza días antes de fin de año. Sin embargo, Roberto Gómez secretario de prensa de ATILRA Capital, afirmó que "Parmalat violó la conciliación obligatoria del Gobierno porque no ha reincorporado a 39 trabajadores despedidos, no ingresó materia prima para producir y además solicitó convocatoria a acreedores además de exigir "una directa intervención del ministro (de Trabajo Carlos) Tomada".
Fuera de convenio hay alrededor de 500 obreros. Enmarcado en este panorama, Tasselli declaró a diferentes medios el 2 de enero su intención de aumentar de 200 mil a 800 mil litros de leche por día, invirtiendo 10 millones de pesos. Con estos cantos de sirena más bien aullidos de lobo feroz- lo que busca es bajar la guardia de los trabajadores, esperar el mejor momento para dar el zarpazo: despidos y rebaja de salarios, precariedad laboral.
Los trabajadores tienen en claro que Tasselli no llega a Parmalat, ahora Compañía Láctea del Sur, para aumentar la cantidad de litros de leche por día, sino para hacer fabulosas ganancias vaciando la empresa y cargando sobre la espalda de los trabajadores todo el peso de la crisis.
Un gigante con pies de barrio.
El gigante Italiano, fundado en 1961, con una facturación de 8.000 millones de euros, saltó al escándalo cuando se descubrieron sus depósitos inexistentes y una deuda que asciende a los 14.000 millones de dólares. La cobertura de Banca Populare de Lodi y Deutsche Bank no pudo esconder el escándalo que refleja la crisis del capitalismo mundial donde no se salvan ni los grandes, Parmalat Italia fue intervenida luego del escándalo financiero que llevó a prisión a su fundador Calisto Tanzi.
La estrategia de la multinacional es desprenderse de las filiales, buscando compradores en Rusia, Ucrania Australia, Alemania, Francia, etc. América Latina representa la cuarta parte de las ventas globales de la empresa, pero sus directivos aceptaron manipular las cifras para esconder una década de pérdidas en el continente.
Arribó a la argentina comprando La Vascongada y cuenta con tres plantas productoras y alrededor de 1.200 trabajadores. En el 2003 facturó 65 millones de dólares, el 0,6% de las ventas mundiales.
En la licitación solamente Tasselli, a pesar de su escandaloso prontuario, quedo en pie. No es de extrañar que este capitalista nacional, con llegada a las altas esferas del poder, tenga el visto bueno. Por eso los medios de comunicación y la prensa fueron renuentes a poner en primera plana este conflicto que afecta directamente a 1200 trabajadores y sus familias.
La deuda oscilaría alrededor de los 70 millones de dólares. El plazo dado a los acreedores para certificar los créditos es hasta el 8 de febrero, después de que el Juzgado en lo Comercial nro. 25 acepte el concurso preventivo presentado por Tasselli. Según información de la prensa más de la mitad de la deuda sería contra bancos extranjeros (Citibank, Boston y Deustche), unos 10 millones de pesos contra el Fisco y la parte restante correspondería a créditos inter-compañía desde Italia u otras filiales. Según Tasselli "Parmalat de Uruguay nos reclama dos millones de pesos, por supuestas comisiones por ventas, por ejemplo. Hay muchos casos así".
Hay que decirlo con todas las letras: la quiebra de Parmalat es un síntoma claro de lo que significa para los trabajadores y sus familias este sistema social basado en nuestra explotación y sacrificio.
Fuera Tasselli: Los trabajadores deciden
Los trabajadores de Parmalat tienen que estar en estado de alerta y dispuestos a movilizarse rápidamente. Como sabemos, no es solamente Tasselli quien está de la vereda de enfrente, sino también la burocracia de ATILRA que esta haciendo todo lo posible para quebrar el espíritu de resistencia de los trabajadores
El empresariado nacional, igual que el internacional, sólo puede crecer rebajando y atentando contra las condiciones laborales y salariales, esto es, contra la vida misma de los que necesitamos trabajar para mantener el alma unida al cuerpo. La clase dominante, la burocracia, los partidos patronales y el gobierno que le sirve, de manera clara cierran filas ante uno de los suyos. Los trabajadores de todo el país estamos apoyando la lucha de los trabajadores de Parmalat.
Tasselli agravara la situación despidiendo trabajadores y reduciendo los sueldos. Ya afirmó que no tiene plata para pagar los haberes y las deudas. La única solución es mantener las asambleas y la vigilancia sobre las negociaciones entre el sindicato y la empresa. Para multiplicar la fuerza de los trabajadores de Parmalat hay que buscar la solidaridad de todos los trabajadores lácteos, llevando esta lucha hasta las plantas de la Serenísima, Sancor, etc. Hay que llevar toda la solidaridad a los trabajadores que, con la burocracia, la patronal y los medios de comunicación en contra, están resistiendo y defendiendo con su cuerpo aquellos que los empresarios destruyen.
Mientras las empresas recogen jugosas ganancias, poco y nada hay para los laburantes. Ahora que los capitalistas llevaron al desastre a la empresa quieren cargar sobre los trabajadores y sus familias la resaca después de tanta fiesta. Sin embargo, está dramática situación plantea una perspectiva que los trabajadores tendrán que discutir.
La crisis que atraviesa Parmalat coloca a sus trabajadores como la única fuerza capaz de sacar a flote la empresa que hundieron los patrones. Los trabajadores, que día a día pusieron el cuerpo en la planta, no quebraron. Acá quebraron los agentes sociales de un sistema en decadencia, los capitalistas, los patrones cuyo único norte son ganancias y más ganancias.
Los planes de Tasselli no pueden pasar. No se puede aceptar ningún despido más ni una rebaja salarial. Incluso, cualquier capitalista que agarre este hierro caliente que es Parmalat tenderá a buscar una solución en despidos y rebaja de sueldos. Ellos tienen los medios de comunicación, la burocracia como fuerza de choque, sus amigos en el gobierno. Nosotros tenemos la fuerza necesaria para acabar con el desastre: sin el consentimiento de los trabajadores, Parmalat no produce ni un sachet de leche. Tenemos la experiencia de las fábricas recuperadas por sus trabajadores y millones de laburantes dispuestos a apoyarnos.
Que se abran todas las cuentas de la empresa ante los trabajadores, los únicos capacitados de terminar con la situación actual.
Que los trabajadores controlen los ritmos de producción y la comercialización de los productos para evitar nuevos despilfarros.
Si el flamante empresario no puede asegurar el funcionamiento de la empresa y la subsistencia de 1200 familias obreras, la única alternativa es la expropiación sin indemnización bajo el control democrático de los trabajadores. Así como el Estado subvenciona a las empresas privadas, llegado el momento, los trabajadores pueden imponerle que garantice con el superávit que hoy posee -gracias al hambre del pueblo trabajador- la continuidad de la empresa controlada por sus trabajadores.
¡Solidaridad con los trabajadores de Parmalat!
¡Fuera Tasselli, Fuera la burocracia sindical!