El objetivo de este artículo no es una explicación detallada de cómo nos roban. No hablaremos de las reformas legislativas que hacen sólo en su propio interés. Intentaremos ir un poco más allá. Porque, si a alguien le quedaban dudas, el escándalo de los sobres de Bárcenas se las ha tenido que quitar de golpe. Ocurre a veces que cuando se están riendo de ti, descaradamente además como es el caso, incluso haciendo juramentos de que no son corruptos, quieres que pare, no quieres ahondar en la burla. Por eso veamos el por qué de la corrupción, y cómo combatirla.
El por qué
Vivimos en una sociedad mercantilista, donde todo se compra y se vende, desde la capacidad de trabajar de una persona (a cambio de un salario) hasta la comida y el agua. Esa es precisamente la base de la sociedad en la que vivimos, el mercado, todo pasa a través de él. Las empresas producen para ese mercado, y su objetivo es muy simple, obtener beneficios, la actividad que desarrollan suele ser lo que menos importa.
Las administraciones públicas mueven una cantidad importante de dinero en contratos públicos, pero también otorgan licencias, concesiones de explotación (como el gasoducto de Doñana, donde tiene intereses Gas Natural, empresa de la que es consejero Felipe Gonzalez), permisos de obra, recalificaciones de terrenos … y para eso ayuda mucho tener a ciertas personas que puedan facilitar esas relaciones con la administración.
No es raro ver ex-políticos bien situados en esas empresas (algunas de las cuales ellos mismos privatizaron previamente), nombraré algunos: Ángel Acebes – PP – Iberdrola, Jose María Aznar – PP – Endesa, Felipe González – PSOE – Gas Natural, Josep Piqué – PP – Vueling, Josep Borrel – PSOE – Abengoa, Josu Jon Imaz – PNV – Petronor, Elena Salgado – PSOE – Endesa, Pedro Solbes – PSOE – Endesa, Eduardo Zaplana – PP– Telefónica, … y del yerno del rey mejor ni hablamos. La lista es interminable, he mencionado sólo a algunos de los más conocidos.
Pero tampoco hay que olvidar de dónde venía el dinero de los sobres, de empresas privadas, muchas constructoras, y ha coincidido con la burbuja inmobiliaria favorecida por algunas reformas legales previas, ¿casualidad?, já. Dicen que quién paga el flautista elige la melodía, y está bastante claro quiénes puede pagar al flautista y quiénes no tienen ni dinero ni flauta.
Pero seamos concretos, la corrupción no es la culpable de la situación que vivimos ahora los trabajadores, al igual que el colapso financiero. Ambos son consecuencias del sistema en el que vivimos, son un síntoma, son la fiebre que nos dice que estamos resfriados. ¿Alguien trataría un cáncer con analgésicos?, no hay que perderse en los síntomas, hay que atacar la raíz del problema, hay que atacar el capitalismo, que es el que engendra corrupción, crisis, pobreza y hambre cuando la mitad de la comida que se produce acaba en la basura, ¡que estúpido!
Acabar con la corrupción
Sarkozy cuando empezó la crisis hablaba de refundar el capitalismo, sus palabras entrarán en la historia como una broma. Entramos en el quinto año de la crisis y podemos ver las bases sobre las que se está refundando. Algunos hablan de la necesidad de un capitalismo de rostro humano, “¡es que hay empresarios que quieren ganar demasiado!, son demasiado ambiciosos…”, pero… ¿acaso podría ser de otra manera?, ¿podríamos pedirle a los capitalistas que aparquen esa búsqueda incesante del beneficio?, ¿podríamos pedirles a los políticos que dejen de favorecer a las empresas de las que son dueños, las que les contratan y las que les pagan sueldos astronómicos por no hacer gran cosa?, ¿podríamos pedirle a un león que se alimentara de hierba por consideración con el resto de los animales?
La naturaleza del capitalismo es la búsqueda del beneficio por encima de todo, y no se puede hablar de capitalismo sin esa búsqueda, no se trata de individuos buenos o malos, se trata de las bases sobre las que organizamos la sociedad.
Si no queremos corrupción no hay otro camino que no sea el de romper con el sistema capitalista, y superarlo por otro sistema en el que los trabajadores controlen la economía en beneficio del conjunto de la sociedad, donde no se produzca para el mercado, sino para cubrir necesidad de la propia sociedad, en una palabra, por el socialismo.
Por si a alguien le queda alguna duda sobre si se puede “refundar” el capitalismo, diré que esto no es nuevo, esto escribía Lenin en 1916, ¡hace 97 años!
“La unión personal” de los bancos y la industria se completa con la “unión personal” de ambas con el gobierno. “Los puestos en los consejos de administración -escribe Jeidels- son confiados voluntariamente a personalidades de renombre, así como a antiguos funcionarios del Estado, los cuales pueden proporcionar no pocas facilidades (!!) en las relaciones con las autoridades. . . En el consejo de administración de un banco importante hallamos generalmente a un miembro del parlamento o del ayuntamiento de Berlín”. (El imperialismo, fase superior del capitalismo. Lenin)
Socialismo sí, pero en el socialismo qué
La sociedad socialista, transitoria entre el capitalismo y el comunismo, todavía necesita de un estado, ¿y cómo evitamos los abusos y la corrupción en esa administración?. Comento algunas de las ideas que tenían los bolcheviques cuando llegaron al poder, por qué no se pudieron aplicar y por qué degeneró la revolución soviética no son el motivo del artículo, así que no entraré en eso.
- En primer lugar tiene que haber una rotación contínua en las tareas administrativas, con el objetivo de que nadie se haga imprescindible o caiga en la rutina y pueda abusar de su cargo.
- Es necesario que los trabajadores participen y se turnen en la administración del estado, los funcionarios estatales no deben ser un gremio cerrado y privilegiado.
- Toda persona electa para un cargo tiene que poder ser depuesta en cualquier momento por la asamblea que lo eligió, si no cumple con el objetivo para el que ha sido elegida tiene que poder ser expulsada de inmediato. ¡Fuera el gobierno del PP!.
- Salario obrero, una persona que trabaje en la administración no debe tener un salario diferente al de un trabajador normal, si cobran 70.000€ al año y tienen acciones en X empresa es lógico que defiendan los intereses de su clase, opuestos a los de la nuestra. Hay que evitar que los representantes públicos tengan una existencia diferente a la de la mayoría de la sociedad.
Estas deben ser las bases de una administración revolucionaria, al servicio de la sociedad y no al servicio de las empresas contra nosotros, una administración por y para los trabajadores.