La clase obrera española se ha puesto en pie ante los ataques a sus condiciones de trabajo que está sufriendo. Las meras cifras cuantitativas no hacen justicia a lo que hemos vivido en las últimas 24 horas en el estado español. Los trabajadores han respondido al llamado de UGT y CC.OO., al que se han sumado la mayoría de los sindicatos minoritarios de clase: CGT, SOC/SAT (Andalucía), CIG (Galicia), CSI (Asturias), STEs (enseñanza) y otros. Por no mencionar el papel fundamental desempeñado por los afiliados y simpatizantes del PCE e Izquierda Unida en los piquetes y organización de la huelga en muchas zonas del Estado.
La historia tañe sonora
Su lección como campana.
Para gozar el mañana
Hay que pelear el ahora
Luis Pastor
La clase obrera española se ha puesto en pie ante los ataques a sus condiciones de trabajo que está sufriendo. Las meras cifras cuantitativas no hacen justicia a lo que hemos vivido en las últimas 24 horas en el estado español.
Los trabajadores han respondido al llamado de UGT y CC.OO., al que se han sumado la mayoría de los sindicatos minoritarios de clase: CGT, SOC/SAT (Andalucía), CIG (Galicia), CSI (Asturias), STEs (enseñanza) y otros. Por no mencionar el papel fundamental desempeñado por los afiliados y simpatizantes del PCE e Izquierda Unida en los piquetes y organización de la huelga en muchas zonas del Estado.
MAYOR SENSACIÓN DE UNIDAD ENTRE LOS TRABAJADORES
Si hay algo que destacar es el ambiente de confraternización y unidad que se haff generado en todos lados, que ha sido especialmente significativo allí donde ha habido un esfuerzo consciente de las diferentes organizaciones en este sentido, lo que es un paso muy positivo que, más tarde o más temprano, se debe seguir trasladando a otras zonas del Estado.
Andrés Bódalo, responsable del Sindicato andaluz de trabajadores (antiguo SOC) en Jaén nos lo comentaba:
“Ha habido mucha unidad entre los sindicatos, empezando por la base. La manifestación en Jaén ha sido unitaria (…) Yo destacaría la colaboración entre los trabajadores de Jaén capital y los que hemos venido de los pueblos, la camaradería y confraternización entre afiliados de todos los sindicatos, la convivencia en los piquetes y el sentimiento de compañerismo que se ha creado …”
Efectivamente, la lucha genera un sentimiento de unidad, que es una necesidad natural de la clase trabajadora a la hora de responder ante ataques como éste. Esta es, en primer lugar, la primera conquista y enseñanza preciosa que debemos aprender de esta experiencia.
DIFICULTADES OBJETIVAS PARA LA MOVILIZACIÓN. LA COMPARACIÓN CON EL 20-J DE 2002
Los condicionantes eran complicados. Muchos han comparado la actual huelga general con la última del 2002, pero el contexto era totalmente diferente.
Para empezar, aquella se dio en mitad de un ciclo de crecimiento y expansión económica en el estado español. Había sentimiento de fuerza entre los trabajadores. Además, se dio en mitad del ciclo de luchas que se dio contra el último gobierno del PP, entre el 2000-2004; ciclo que comenzó con las luchas estudiantiles de la LOU; y continuó con otras movilizaciones: movilizaciones contra el Plan hidrológico nacional, Prestige, …
Ahora llevamos más de dos años y medio de dura recesión con un desempleo que más que duplica el que había por entonces. Ahora nos encontramos con preocupación y miedo genuino entre los trabajadores, tal como hemos podido constatar, que tienen que vencerlo en base a su experiencia y organización.
Esta huelga ha servido para empezar a vencer ese miedo que ha prevalecido en los últimos dos años y medio. Como ha dicho hoy Toxo, Secretario general de CC.OO., "la gente ha tenido que sobreponerse al ‘piquete del miedo’ de la patronal.
Pero había otros condicionantes negativos, con una huelga convocada demasiado tardíamente. Con una musculatura sindical que, en la mayor parte de las zonas, se ha revelado aún insuficiente, aunque en otras ciudades y zonas esto ha empezado a cambiar de una manera alentadora como pasaremos a explicar.
En el corto plazo, el Gobierno del PSOE, de común acuerdo con los principales grupos de la derecha, aceleró los trámites parlamentarios para aprobar la reforma laboral el 9 de septiembre y poder presentarla como un “hecho consumado e inamovible”.
La campaña antisindical que se viene destilando desde hace meses ha alcanzado cotas enormes, en prácticamente todos los medios periodísticos, azuzada con declaraciones de los políticos del PP como Esperanza Aguirre.
Otro elemento no despreciable estriba en el hecho de que no se trataba de movilizarse, como en el 2002, “contra el PP”, con el PSOE participando en las manifestaciones. Ahora se trataba de movilizarse contra la política del gobierno del PSOE, y esto también ha desorientado a un sector de trabajadores, aunque no ha sido la dificultad más importante.
Realmente, con todos los condicionantes negativos que había antes de la huelga, los porcentajes de seguimiento de la huelga han sido más altos de lo esperado por los sindicatos, con lo que la respuesta dada por la clase trabajadora a este ataque ha sido bastante digna.
LA HUELGA
Es curioso cómo el principal periódico de consumo destinado a “crear opinión”, como el pro-burgués El País, utilice el mismo adjetivo para referirse a la jornada del 29 de Septiembre que el Gobierno del PSOE: desigual.
Intentan minimizar el éxito de la huelga pero, utilizando este calificativo se traicionan a sí mismos porque, al fin y al cabo, al decir “desigual” reconocen que ese “no igual” implica que frente a debilidades de la huelga, también ha habido fortalezas.
Las principales industrias, empezando por las del metal, pero también en la construcción han parado (con la excepción de parte de Euskadi, por la no convocatoria de los sindicatos nacionalistas). Han parado todos los centros de distribución y grandes mercados de las principales ciudades; las flotas de pesca de bajura y altura; los principales puertos; recogida de basura en grandes ciudades; el conjunto de la limpieza en Madrid; el trabajo jornalero en muchos pueblos de Andalucía, sobre todo en los de influencia del SAT: sierra de Cádiz, sierra sur sevillana, Jaén (Méngíbar, Pegalajar, Jódar) … En todos estos sectores, y en otros que no reflejamos, la huelga GENERAL ha sido incontestable.
Ha sido visible y notable la apertura de los pequeños establecimiento comerciales y hosteleros en prácticamente todas las zonas. Eso respondía a la conjunción del “piquete del miedo” y al ambiente anti sindical creado.
Pero, igualmente visible fue que la programación de la TV fue totalmente suspendida en las televisiones autonómicas de Andalucía, Cataluña y Madrid, y en parte en otras emisoras.
La empresa estatal Red eléctrica ha dado datos durante la jornada que han oscilado entre el 19% y el 21% de caída del consumo eléctrico, datos que se parecen a los de un día de descanso como el domingo.
En Cataluña, Asturias (según RNE en la capital asturiana "Asturias está paralizada"), comarca de Vigo, campo de Gibraltar, zonas industriales de Cantabria, Las Palmas de Gran Canaria, Murcia, Zaragoza y su cinturón industrial, el paro se ha acercado al de 2002, o lo ha superado en determinados aspectos.
En algunas ciudades, la batalla contra los dueños de El Corte Inglés, reflejaba una mayor presencia de manifestantes y de fuerza sindical que en el 2002: El Corte Inglés de Jaén cerró las puertas por momentos, el de Zaragoza lo cerró totalmente cuando 500 piquetes entraron dentro de forma organizada al grito de ‘Viva la lucha de la clase obrera’.
LAS MANIFESTACIONES
Según las cifras de los sindicatos UGT Y CC.OO., las manifestaciones convocadas por ellos más numerosas por participación han sido las de Madrid, con 500.000 personas, y Barcelona, con 400.000.
Por su parte, en la Comunidad Autónoma de Andalucía se han manifestado 144.000 personas, siendo Sevilla la más numerosa con 50.000, seguida de Huelva y Córdoba con 20.000 cada una, y Málaga con 18.000. En Jaén más de 7.000 personas.
En Aragón, en la manifestación de Zaragoza se han congregado 100.000 personas y ha habido una importante movilización en Huesca, Sabiñánigo, Barbastro, Monzón. Caspe, Teruel, Alcañiz, Ejea y Tauste.
Mientras, en la manifestación de Oviedo (Asturias) han participado 100.000 personas, junto a 10.000 que reunió la convocada por la CSI
Ha habido 10.000 en Santander (Cantabria). En Castilla y León, destaca Valladolid con 40.000 y le siguen Ávila, Burgos, Miranda de Ebro, León, Ponferrada, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Zamora y Aranda de Duero.
En Castilla La Mancha, la cifra asciende a 12.300, siendo las más numerosas en Guadalajara, Albacete, Cuenca, Puertollano, Toledo y Ciudad Real.
Por su parte, en Extremadura la cifra alcanza los 14.500, destacando las de Cáceres, Badajoz, Mérida, Plasencia, Don Benito, Zafra, Coria, Almendralejo, Navalmoral y Villanueva de la Serena.
En lo que respecta a Galicia, el número total de manifestantes alcanza los 109.800, con 70.000 en Vigo (ha habido en Vigo otra manifestación de 40.000 de la CIG; con lo que sumadas ambas cifras superan la assitencia de 2002), seguida de A Coruña, Ferrol, Pontevedra, Santiago, Rivera, A Mariña, Ourense, Lugo, Arousa y Lalín.
En lo que respecta a las islas, la cifra en Baleares es de 20.000, mientras que alcanza los 21.800 en Canarias, destacando los 10.000 manifestantes de Gran Canaria y los 7.500 de Tenerife, seguidos de Lanzarote, Fuerteventura, La Palma, La Gomera y El Hierro.
También se han registrado 20.000 manifestantes en las manifestaciones en Murcia, de ellos 5.000 en Cartagena; y un total de 90.000 en Valencia, con 40.000 en Alicante y 20.000 en Castellón, y muy numerosas en Elche, Alcoy, Elda, Xativa, Alcira, Buñol y Gandía.
10.000 manifestantes hubo en Pamplona , donde se paralizó el principal polígono industrial de landaben (donde está la factoría de Volswagen).
8.000 manifestantes en Bilbao; 2.000 en Donostia; 2.500 en Vitoria; según cifras de UGT y CC.OO., cifras que habría que rebajar probablemente un poco. En Álava pararon Sidenor, Arregui, pequeñas empresas del metal, y una minoría en Mercedes o Michelín. En cualquier caso, había en Euskadi un ambiente reflexivo, pero no de pesimismo ni de derrota.
Ha habido más de 100 manifestaciones por todo el Estado.
Realmente la huelga en sí, ante las dificultades para ejercerla por parte de millones de trabajadores sometidos al chantaje del contrato eventual (un 30% del total de trabajadores españoles son eventuales), no define del todo el ambiente reinante en las manifestaciones.
El ambiente predominante ha sido de confianza y fuerza, sobre todo según avanzaba la jornada. Eso ha sido palmario en manifestaciones como las de Zaragoza, Barcelona o Madrid. El ambiente de lucha con la derecha del PP, gobernante en Madrid, contra la que se lleva luchando en los últimos años se ha expresado también en Madrid, potenciado aún más por las declaraciones provocadoras de “la condesa de Murillo y grande de España” Esperanza Aguirre.
REPRESIÓN
Andrés Bódalo, del SAT de Jaén nos comentaba la agresividad y el dispositivo policial no vistos en la última década. Hay que tomar nota de este aspecto, pues va a ser un anticipo del tono represivo al que nos enfrentaremos en el próximo periodo.
Una constante de la jornada ha sido la presencia de policías secretas en los piquetes informativos. El incidente más grave se ha dado en Getafe, en las factorías de la empresa aeonáutica CASA. No está claro del todo, pero parece que los piquetes descubrieron a dos policías secretas y los redujeron. Seguidamente, la policía los rescató disparando munición real al aire. Los representantes sindicales enseñaron en rueda de prensa hasta siete casquillos de bala que se dispararon por pare de la policía de manera desproporcionada.
La provocación organizada en Barcelona es, probablemente, la causa que permitió el final de la manifestación de Barcelona
La policía ha entrado dentro del rectorado de la universidad de Sevilla, golpeando a diestro y siniestro, tal como acreditan los videos recogidos en la web del SAT (www.sindicatoandaluz.com).
En Valencia el portavoz de Intersindical Valenciana, Vicent Mauri ha explicado bien cómo: “El gobierno intenta ocultar el éxito de la huelga con la represión policial”
“No recuerdo ninguna huelga general donde la represión policial haya sido tan fuerte”. En Valencia, un manifestante tuvo que ser operado a consecuencia de los golpes de la policía.
En Madrid ha habido 60 detenidos, 3 todavía permanecían en los calabozos, hoy 29 de septiembre, a primera hora de la noche … Ha habido un mínimo de 30 detenidos en Cataluña, y decenas más en todo el Estado.
CONCLUSIONES
Cada vez más trabajadores son conscientes, día a día, de que los ataques a los que nos enfrentamos son duraderos y rompen con el periodo anterior de décadas donde se pudieron conseguir determinadas concesiones y avances.
En este sentido, podemos atrevernos a expresar que otra idea que había con muchos manifestantes con los que hablábamos es de que “esto no se acaba con una huelga y que va a haber que seguir luchando”. Sí ha empezado una reflexión profunda sobre los métodos que hay que recuperar: hay que recuperar los piquetes (a los que no asistan tan solo los delegados sindicales o activistas), las asambleas decisorias, los comités de huelga, mejorar la coordinación entre las asociaciones de izquierda.
El Gobierno está desesperado por llegar a algún tipo de acuerdo con las direcciones sindicales ¿Qué puede ofrecer a los dirigentes sindicales? ¿Negociar el reglamento de la reforma laboral y su aplicación?
Sencillamente, los dirigentes sindicales no pueden aceptar los aspectos básicos de la reforma.
Pero, además, no es él el Gobierno del PSOE el que marca la agenda. El Gobierno, ahora más que nunca no es más que, como diría Lenin, “un consejo de administración del capital financiero y de los monopolios”, y recibe las órdenes de éstos.
Los presupuestos van a ser muy restrictivos. La burguesía de este país ya ha decidido que el siguiente paso es la reforma de las pensiones: probablemente alargar la jubilación a los 67 años y prolongar el periodo de cálculo de las mismas para reducir su cuantía.
La disyuntiva que tiene por delante la clase obrera es difícil pero, con acontecimientos de los que aprenderá, y con el tiempo adecuado, podrá sacar las conclusiones oportunas. Cada vez más trabajadores llegarán a la conclusión de que la única solución es el camino de la lucha colectiva.
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