El hambre es un crimen

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Que la crisis la paguen los patrones

Los trabajadores luchamos por nuestras condiciones de trabajo, por el futuro de nuestros hijos. Estas luchas no pueden enchalecarse en el aspecto sindical. Los trabajadores y el pueblo pobre tenemos el desafío de poner en pie la herramienta política que nos emancipe de estas calamidades, tal como lo acordamos en la Constituyente Social en Jujuy

Que la crisis la paguen los patrones

El Hambre es un crimen. Hambre de pan, de salud, de educación, de trabajo, de salarios dignos.
Sabemos que la respuesta a esta calamidad está en manos de los trabajadores. Respuesta que el gobierno y los jefes sindicales adictos se encargan de obturar.
Para que no haya hambre, la crisis la tienen que pagar los empresarios, los terratenientes que se han enriquecido por décadas a costa de nuestro sufrimiento.
Para que no haya más hambre no podemos permitir un solo despido ni suspensión.
Para que no haya más hambre debemos seguir luchando contra el Pacto social de la patronal, el gobierno y la dirección de la CGT. Pacto social, que le pone un techo a nuestros salarios, a nuestras condiciones de trabajo, imponiendo flexibilidad, precarización y salarios devaluados.
Para hacer esto los trabajadores tenemos que actuar como una sola fuerza, sin distingos de centrales sindicales; por eso, la CTA tiene una responsabilidad inalienable de convocar en unidad a las bases de la CGT a sumarse en esta lucha, unido a la lucha por la plena democracia sindical.
Los trabajadores luchamos por nuestras condiciones de trabajo, por el futuro de nuestros hijos. Estas luchas no pueden enchalecarse en el aspecto sindical. Los trabajadores y el pueblo pobre tenemos el desafío de poner en pie la herramienta política que nos emancipe de estas calamidades, tal como lo acordamos en la Constituyente Social en Jujuy.
Los capitalistas y sus gobiernos han mostrado una vez más que ante la crisis su salida es descargar todo el peso de la misma sobre nuestras espaldas.
Construir nuestra agenda y nuestro camino es la tarea de la hora. Desde la Corriente Socialista El Militante sostenemos que sólo un programa socialista que plantee la nacionalización, bajo control obrero, de las palancas fundamentales de la economía podríamos terminar con el hambre, la desocupación y la pobreza.