Mira quién habla
Los monopolios mediáticos siempre están exigiendo pruebas que muestren la existencia de ellos mismos, mientras disimulan pésimamente su falta de objetividad, de profesionalismo periodístico, de ética y de sinceramiento sobre qué intereses defienden en realidad. Su campaña furibunda contra cualquier intento de cambiar el actual status quo del reparto de los medios de comunicación encontró en esta semana su punto mas alto, con furia y bajezas pocas veces vista. Si Clarín y resto de multimedios quieren pruebas sobre su rol monopólico y antidemocrático, nos sobran tantas que apelaremos a un esfuerzo de síntesis para exponerlas.
Mira quién habla
Los monopolios mediáticos siempre están exigiendo pruebas que muestren la existencia de ellos mismos, mientras disimulan pésimamente su falta de objetividad, de profesionalismo periodístico, de ética y de sinceramiento sobre qué intereses defienden en realidad.
Su campaña furibunda contra cualquier intento de cambiar el actual status quo del reparto de los medios de comunicación encontró en esta semana su punto mas alto, con furia y bajezas pocas veces vista. Si Clarín y resto de multimedios quieren pruebas sobre su rol monopólico y antidemocrático, nos sobran tantas que apelaremos a un esfuerzo de síntesis para exponerlas.
Donde Clarín titula: "8 Km. de cola en la panamericana", o si TELEFÉ noticias (parte de otro monopolio) dice: "Buenos Aires, capital nacional del caos (por los cortes)" debe leerse en verdad: "trabajadores despedidos de la ex-Terrabusi defienden sus puestos de trabajo ocupando la fábrica y con cortes que se realizan solidarizándose con ellos, a pesar de la complicidad del gobierno y la perfidia de la empresa", y recordarle que cuando "el campo" asume el papel de gendarme requisando camiones y mercaderías y desabasteciendo, ningún juez acude presuroso a despejar las rutas.
Donde el grupo Clarín dice "Avanza la ley de medios K contra la libertad de expresión", seria necesario anexarle la multitud de aprietes, censura y despidos sobre trabajadores de prensa en los "democráticos" medios de comunicación monopólicos. Por ejemplo, uno de los conflictos mas graves, y que afectó a Clarín mismo en el año 2000, fue cuando fueron despedidos 117 trabajadores –incluída toda la comisión interna– con una democrática causa de despido en los telegramas: participar de asambleas; en diciembre de ese año Multicanal también despediría 200 trabajadores. Otro ejemplo reciente, cuando el periodista deportivo Alejandro Apo fue virtualmente despedido de Radio Continental (Grupo Prisa) por su posición pública a favor de la nueva ley de medios, sin que a ninguno de estos pseudodemocráticos se les moviera un pelo.
Ya el 27 de junio 2002 los titulares de Clarín hicieron historia…por lo bochornoso, encabezando la edición de ese día con el cómplice "La crisis causo 2 nuevas muertes" cuando en verdad los compañeros Kosteki y Santillán fueron masacrados como parte de un operativo planificado por el gobierno de Duhalde y sólo la valentía de los trabajadores de prensa logró develar la trampa.
Si fuéramos mas atrás -por ejemplo desde el golpe del 76 hasta aquí- serian necesarias cientos de páginas para explayarse.
Pero volviendo al presente, cuando dicen que la nueva ley no permitirá ver los canales que no le gustan al gobierno y sí a la gente ¿Acaso alguien puede seguir en directo los acontecimientos del golpe en Honduras por algún medio argentino (salvo canal 7, que es uno de los que mas informan al respecto) o regional en su operador de cable? Claro que no, porque impunemente los grandes medios pro patronales hace tiempo levantaron -por ejemplo- de CABLEVISION la señal de TELESUR (el canal de cable venezolano) sin ninguna explicación salvo el pavor que sienten por la posibilidad de "contagio" de la revolución allí en curso, la movilización popular y los cambios radicales que se producen en Venezuela.
Son tan hipócritas que, como ninguno de los multimedios tiene enviados especiales en Honduras y solo Telesur los tiene y transmite desde honduras, pese a toda la furibunda critica de totalitarismo contra cualquier cosa que venga del gobierno de Venezuela, levantan su señal para pasar sus micro informes, tendenciosos e incompletos.
No termina ahí el rompecabebezas del relato que proponen estos medios, son tan impunes que descubren la pobreza recién ahora, mientras al mismo tiempo recrudecen en su pedido de mano dura, criminalización de la pobreza y de la protesta social, con baja de imputabilidad para menores incluida.
Redoblan la avanzada para parar la protesta social y las luchas obreras, haciendo sonar "clarines" de represión y esparciendo éstos -sus anhelos- sobre la clase media y los sectores mas atrasados; mientras tanto, cuando las huestes reaccionarias de la oligarquía agropecuaria toman las rutas y vomitan sus insultos sin ningún cuidado ni culpa, chantajean al gobierno, y toman de rehenes a las familias obreras -fijando precios astronómicos para los productos básicos que se consumen en el país- obedeciendo a sus pretensiones de sanguijuelas insaciables, estos medios actúan como aquellos escuderos que velaban las armas de sus amos.
La lucha de los trabajadores de Kraft, pone blanco sobre negro la libertad de expresión en Argentina: sólo los métodos de lucha de los trabajadores ha permitido igualar la pulseada contra la absoluta impunidad de la empresa, ningún medio iba a levantar la voz de los trabajadores, como tampoco levantan la voz de los desocupados, los desnutridos, los abusos patronales, y largos etc.
¿Donde está la pluralidad y la libertad que dicen defender los medios, donde está la voz de los trabajadores, de los estudiantes, de la juventud, de los desocupados, la defensa de la lucha por causas sobradamente justas como defender un puesto de trabajo y los derechos adquiridos y quebrantados por los poderosos; quién relata, y para quién relata una realidad dibujada, segmentada e interesada?
Si -como definiera Marx- la emancipación de los trabajadores, será obra de los trabajadores mismos, igualmente el relato de la luchas -sean derrotas o victorias- por el cambio social, deberá ser relatado por sus propios protagonistas, desde sus propias palabras.