Actualmente la crisis mundial que atraviesa el sistema capitalista es en teoría algo “pasajero”,que en muchos casos grandes economistas creen que con el ajuste de ciertas medidas económicas la situación puede cambiar [1], no obstante la crisis en su conjunto es más grave, por lo cual no solo requiere de ciertos ajustes a la lógica de acumulación existente, sino más bien una revolución que cambie desde sus cimientos a las relaciones de producción capitalistas, que en la actualidad representan una camisa de fuerza para el desarrollo de las fuerzas productivas.
Es a partir de la crisis más grande que a atraviesa el sistema capitalista que muchos economistas buscan crear nuevas fórmulas para su explicación, a la vez que creen que dicha crisis contradice las formulaciones teóricas de Marx [2]o que el mismo no fue lo suficientemente preciso de tales formulaciones económicas.[3] y que de seguir bajo esta lógica se comenzaran a desatar procesos revolucionarios de gran envergadura, no significa esto ser un determinista económico, pero si es reafirmar lo que Engels sentencio en una carta a Bloch, que en última instancia los fenómenos políticos y sociales se explican por la base económica imperante. A la vez de señalar que el actual modo de producción solo se enfoca en las ganancias que pueda obtener la burguesía y no en el beneficio de la población en general,ya Marx dio una explicación de la actual crisis a partir de la formulación teórica más importante que él realizó, la “Ley de la tendencia decreciente de la ganancia”, la cual últimamente se ha visto sometida a supuestas evaluaciones exhaustivas que no obstante demuestran la poca comprensión o nula rigurosidad en el estudio de la obra de Marx.
“CRISIS FINANCIERA O CRISIS DEL MODO DE PRODUCCIÓN Y SUS COMPONENTES”
Es tan divulgada la creencia que la crisis actual o el eufemismo que se utiliza, la ralentización o estancamiento, se explica a partir de cómo funciona el mercado financiero y la lógica especulativa del mismo, lo que manifiesta que más que corregir el modo de producción actual debemos solo de dar unas pinceladas al funcionamiento del mercado financiero mundial. Si bien es cierto la última crisis comenzó con una brutal caída de los valores y divisas del mercado financiero y se expresó de ahí en los diversos mercados más importantes, dicho inicio de la actual crisis se ubica con el comienzo de la crisis anglosajon[4]con una pérdida de valores de los bonos basura del 2008-2009[5]la crisis de la unión europea 2012-2013 que se debió a una desvalorización de sus principales divisas[6]factor que se expresó por una demanda deprimida y el contagio que el colapso financiero anglosajón representó, lo cual hizo que los inversionistas europeos no invirtieran como antes, y la crisis de los mercados emergentes o de los BRICS que encendió las alarmas con el desplome del mercado de valores chinos en 2015, y que dicho desplome aun no es superado ya que la economía China representa grandes contracciones que son controladas por los beneficios de la economía planificada, aunque poco a poco la transición al capitalismo se agudiza. No obstante, los marxistas siempre hicieron hincapié en que las economías emergentes no lograría llenar el vacío que la principal economía mundial (USA) había dejado a partir de la crisis.
Es bajo esta lógica que los sectores de la economía no se logran reactivar, porque más que incentivar la inversión lo que hacen es impulsar la austeridad y seguir promoviendo la liberalización de los diversos mercados nacionales. Y esta concentración excesiva de riqueza(se ha demostrado que lo que Marx señalaba en su magistral obra de El Capital, que en cada crisis lo que deja es una mayor pauperización en la clase trabajadora y una mayor concentración de la riqueza en pocas manos) que no se distribuye equitativamente es lo que provoca que las crisis cada vez permitan mayor monopolización de la riqueza mundial y una creciente pauperización de la clase trabajadora.
Es de no reactivar el sector real de la economía y trasladarlo al sector ficticio donde las crisis productivas hoy se expresan en primera instancia en los mercados financieros, al no invertir en la economía real que no les deja grandes utilidades, optan por invertir en los mercados financieros los cuales, aunque si bien representan cierto sector de la economía real la misma, no es un fiel reflejo.
Dichos desplomes financieros harían creer que lo que sucede actualmente es una crisis financiera y no productiva, pero ambas no son mutuamente excluyentes y las crisis financieras solo son manifestaciones del sector real de la economía. Lo importante en la actual crisis es que el capitalismo ya no logra desarrollar las fuerzas productivas, ya que actualmente se vive un estancamiento generalizado en el momento de la crisis y no se logra vislumbrar una salida como las antes tomadas por la burguesía, como una guerra que permita destruir las fuerzas productivas para volver a construirlas y darle un empuje a la economía , y esto la obliga a que recurra al mercado financiero para mantener de manera ficticia el ascenso de la tasa de ganancia. Las leyes dentro del capitalismo descubiertas por Marx han corroborado lo exacto de las mismas, la alta concentración de capital hace que solo un puñado de personas controlen más de la mitad de la riqueza mundial, alrededor de 50 Holdings[7]mantienen alrededor de 39.78 de propiedad y control de la red de empresas trasnacionales[8] lo que significa que si estos señores ven disminuidas sus tasas de ganancia simplemente recurren a ya no invertir en el sector real de la economía sino en el sector ficticio, dicha lógica se ve corroborada en las crisis financieras que son ajustes que se dan bajo la lógica del capitalismo, y entre más dinero o capital ficticio se ha creado mucho mayor es la crisis en la base productiva.
“Para 2015, los 25 principales holdings de bancos multinacionales poseían un stock de Derivados por 288.3 billones de dólares, respaldados con activos por US$ 14.1 billones, es decir que el capital ficticio creado a partir de los instrumentos de Derivados ascendía a 20.4 veces al monto de los activos que representaban. Si se comparan estos valores con el PIB mundial del año 2015, de US$ 73.17 billones, se puede observar que estos 25 holdings han creado un capital ficticio equivalente a 3.9 veces la producción mundial anual.“ (Arias, 2017)
Es tanta la especulación creciente dentro del sistema capitalista que los activos reales se inflan hasta 20 veces, el peligro de esta bolsa o burbuja parte de que llegará un punto insostenible que terminara en un colapso, la solo reestructuración del sistema financiero actual generará un impacto sociopolítico de gran envergadura y estas reestructuraciones que comienzan en el sector ficticio de la economía mundial y se trasladan al sector real de la misma.
La demanda deprimida y la disminución de la inversión solo es parte de las medidas necesarias para aparejar el capital ficticio al capital real, a la vez que permite corregir sus tasas de ganancias. Esto siempre a costa de que las condiciones de la clase trabajadora se sigan pauperizando. A la vez que dicha reestructuración significa la disminución de la inversión y por lo tanto de la producción (actualmente la capacidad productiva del planeta solo se utiliza en un 60%), es tal la decadencia del sistema capitalista que debe recurrir a crear ganancias ficticias para luego reestructurar los sectores reales a costa de pauperizar a los más desposeídos.
Por lo argumentado más arriba, podemos decir que la crisis que se avecina,que según economistas su expresión debería de manifestarse en el 2018 a partir de la ralentización del mercado de China y el estancamiento mundial del crecimiento del PIB lo cual ha aumentado la tendencia especulativa y que otra burbuja financiera como la que representó la burbuja inmobiliaria, solo que esta es una burbuja financiera de las finanzas públicas en donde los Estados de todo el mundo en especial de los países desarrollados han comprometido o adquirido deudas en casi el 120% de su PIB y en algunas hasta el 288% del PIB.
“En efecto, la búsqueda de una solución a una burbuja financiera mundial ha generado el germen de una nueva burbuja, la burbuja de la deuda soberana, de modo que el mecanismo de la deuda continúa para difuminar los efectos de la crisis de sobreacumulación como telón de fondo. El mecanismo de trasmisión de la crisis bancaria de la burbuja inmobiliaria a una profundización de la ya grave crisis de la deuda soberana, han sido principalmente la compra de activos tóxicos”(Peñate, 2017)[9]
Y esta deuda es adquirida con la finalidad de salvar a los sectores financieros que crearon la crisis por su forma de especular con los sectores reales de la economía, en una estrategia que traslada la deuda privada a deuda publica donde los que nada tienen tendrán que rescatar a la banca. Dicha salida a la crisis es resultado de un modo de producción que no busca el desarrollo humano y solo persigue la acumulación creciente de riqueza a costa de la miseria de la mayor parte de la humanidad. Lo trágico del sistema de producción actual es que el mismo, para salir de sus crisis obliga a los desposeídos a pagar la factura de un modo de producción en total decadencia mientras la burguesía mundial se sigue enriqueciendo.
Las proyecciones de los organismos internacionales buscan ser optimistas, pero tal panorama está lejos de ser esperanzador. En la siguiente grafica podemos ver que si bien es cierto se recupera la dinámica de comercio mundial (especialmente de 2011 a 2014), esta no se refleja en un crecimiento del PIB, esto debido a que el abaratamiento de las materias primas de los países subdesarrollados ha permitido a los países desarrollados comenzar a nivelar sus cajas de cuenta corriente, no obstante, esto ha contribuido a que lejos de reactivar una demanda deprimida se siga en un proceso de estancamiento general.
Los diferentes Estados burgueses han adquirido el compromiso no de cambiar la estructura económica para garantizar el bienestar de la población y la clase trabajadora en general, sino de hacer los reajustes necesarios para incentivar a las diferentes burguesías a que comiencen a invertir y poder reactivar los sectores productivos de la economía.
Entre dicho compromiso adquirido por los diferentes Estados burgueses esta la liberalización de inversiones extranjeras directas, evitando así la intervención del Estado para garantizar que no se violen leyes, las reformas tributarias que reducen los impuestos a las empresas trasnacionales y nacionales, las reformas laborales que permiten una reducción significativa de los ingresos de la clase trabajadora (y que ponga en marcha la extracción de plusvalía absoluta y relativa según a conveniencia del burgués), todo esto con el objetivo de que la burguesía vea nuevamente su tasa de ganancia otra vez al alza[10]
El Estado burgués se encarga de salvaguardar y administrar la crisis, lo que genera medidas antipopulares y provoca el estallido del descontento de la población, como ha pasado en España, Grecia, Argentina (actualmente mientras escribo estas líneas), Estados Unidos, México, Brasil entre otros, pero los mencionados son donde las movilizaciones se han caracterizado por su envergadura y territorialidad.
El economista salvadoreño Salvador Arias y la OXFAM arrojan datos muy interesantes sobre cómo el actual modo de producción permite una acumulación de riqueza realmente escandalosa cuando millones de personas mueren de hambre al año, y cuando casi el 90% de la población mundial esta sub alimentada:
“El reporte sobre distribución de la riqueza CreditSuisseWealthReport 2014 muestra que el 8.6% de la población mundial más rica controla el 85.3% de la riqueza global. De esto apenas el 0.7% de la población tiene una riqueza mayor al millón de dólares y logra retener el 44% de la riqueza total.Por otro lado, el 14% de la riqueza global se reparte entre el 91.43% de la población mundial. Las personas con una riqueza valorada en menos de 10 mil dólares son el 69.8% de la población adulta mundial, esto es, cerca de 3,282 millones de personas.” (Peñate, 2017)
Dichos datos nos demuestran cómo el sistema capitalista representa una enorme disparidad en el reparto de la riqueza mundial, mientras unos a través de su fuerza de trabajo que se desgasta constantemente, no logran nada de lo que producen más que sus pírricos salarios, la otra parte se queda con lo mayor del pastel, y para colmo en las crisis la parte desposeída es la que debe cargar sobre sus hombros los rescates financieros que se les hace a los multimillonarios.
No obstante, para visualizar lo grave de la crisis debemos de comprender las raíces y tendencias de la misma, Trotsky apuntaba algo muy certero sobre las crisis del sistema capitalista, un país sale de la crisis siempre y cuando el crecimiento económico supere al periodo anterior a la crisis o lo iguale.
“Pero el capitalismo no se caracteriza sólo por la periódica recurrencia de los ciclos, de otra manera la historia sería una repetición compleja y no un desarrollo dinámico. Los ciclos comerciales e industriales son de diferente carácter en diferentes períodos. La principal diferencia entre ellos está determinada por las interrelaciones cuantitativas entre el período de crisis y el de auge de cada ciclo considerado. Si el auge restaura con un excedente la destrucción o la austeridad del período precedente, entonces el desarrollo capitalista está en ascenso. Si la crisis, que significa destrucción, o en todo caso contracción de las fuerzas productivas, sobrepasa en intensidad el auge correspondiente, entonces obtenemos como resultado una contracción de la economía. Finalmente, si la crisis y el auge se aproximan entre sí en magnitud, obtenemos un equilibrio temporario -un estancamiento- de la economía. Este es el esquema en lo fundamental. Observamos en la historia que los ciclos homogéneos están agrupados en series. Épocas enteras de desarrollo capitalista existen cuando un cierto número de ciclos están caracterizados por auges agudamente delineados y crisis débiles y de corta vida.” (Trotsky, 1923)
Si Trotsky que no era un especialista en economía[11]podía visualizar las tendencias de la crisis, solo podemos inferir que las ilusiones de los ideólogos burgueses sobre una recuperación de la economía se verán horriblemente frustradas.
Con lo visto en las actuales tendencias del sistema capitalista, podemos concluir su incapacidad de poder desarrollar las fuerzas productivas, ya que para lograrlo lo debe de hacer a un costo muy alto y en grado muy insignificante. La flexibilización del mercado laboral y la liberalización de los mercados emergentes para poder reactivar la inversión nos hacen ver la incapacidad de un sistema tan decadente que no logra ni cumplir las necesidades más básicas de la población mundial, específicamente la clase trabajadora. Y como muestra la gráfica anterior el PIB está lejos de alcanzar sus tasas anteriores a las crisis. Esto hace que la población se pauperice para poder mantener sus cuotas de beneficios a eso hay que agregar que los países subdesarrollados se ven obligados a liberar sus mercados y permitir una fuga excesiva de capitales, medidas que solo las realizan para poder aumentar el empleo a costos muy bajos, la competitividad de regiones como América Latina parte de tener los salarios más bajos del mundo. Actualmente el Banco Mundial y el FMI se jactan que los niveles de desempleo rondan índices muy bajos, olvidando la flexibizacion laboral y la cantidad de empleos a destajo y sin ninguna garantía estatal.
También los países desarrollados alardean de lo mismo, pero estos no son porque el sistema logre mantener activa buena parte de la mano de obra, sino que la obliga a aceptar condiciones nada alentadoras de incertidumbre en el que en cualquier momento se te puede despedir, ejemplo de esto es Gran Bretaña donde sus niveles de empleados no permanentes antes de la crisis rondaba el 29.6%, actualmente anda por el 30.5 %, esto demuestra cómo las reformas de flexibilización laboral que impulsan los Estados burgueses permiten mayor explotación hacia la clase trabajadora.
“Esto está ya manifestándose en la creciente tendencia de la precarización del empleo. Es decir, que si las tasas de desempleo están disminuyendo, lo hacen a costa de desmejorar la calidad del empleo existente. En Reino Unido, el peso de los empleados temporales con respecto a los permanentes es del 30.5%, un punto por encima del 29.6% del 2008, antes del desarrollo pleno de la recesión en Europa. En la zona Euro la tendencia es más marcada, la recuperación las tasas de empleo son sostenidas por un aumento de más de tres puntos de la incidencia del empleo temporal. Estados Unidos, presenta un ratio de empleo temporal con respecto al permanente, de alrededor del 15%. Estos datos son ya evidencia de la precarización del empleo, sobre todo luego de la recesión que siguió al estallido de la crisis financiera en 2007, pero es necesario remarcar que la situación podría presentar un panorama más desalentador, dado las manipulaciones que se hacen sobre las estadísticas y sus indicadores, éstas ampliamente documentadas.” (Peñate, Para dónde va la economía Mundial Primera Parte, 2017)
Podemos ver actualmente el estancamiento del modo de producción capitalista y que según expertos en economía este mismo durará 40años, es decir el actual modo de producción capitalista quiere condenar a los desposeídos y la clase trabajadora a 40 años de austeridad social y recortes a programas sociales que los beneficiaban, a 40 años donde sus ingresos se verán constantemente disminuidos.
Es necesario al ver las tendencias de la economía, que cambiemos las relaciones actuales de producción por relaciones socialistas que pongan en el centro del progreso y desarrollo al conjunto de la sociedad y no solo a un par de sanguijuelas que solo extraen y extraen el sudor y la sangre de la clase trabajadora.
Es indispensable una revolución socialista en la cual la clase trabajadora y los desposeídos tomen los hilos de su destino y no sean solamente actores pasivos de la opresión y explotación que les causa el actual modo capitalista, hoy más que nunca se entonan como un canto las palabras de Rosa Luxemburgo: “SOCIALISMO O BARBARIE”
[1] Incentivar la demanda interna, reducir o aumentar la inflación según el caso de cada país, implementar impuestos de carácter progresivo a las grandes empresas, estas medidas consisten en aumentar la demanda deprimida de la mayor cantidad de países del mundo, no obstante, la lógica de los organismos internacionales como El Fondo Monetario Internacional, es el recorte de gasto social, la apertura del asocio publico privado y el aumento del IVA.
[2] David Harvey es uno de estos, si bien es cierto hace unos apuntalamientos muy certeros sobre la lógica actual del capitalismo, a la vez trata de refutar la ley más importante del aparataje teórico de Marx, la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
[3] Para 1895 Engels en su prólogo al libro de Marx “La lucha de Clases en Francia 1848-1850” apuntaba que al capitalismo aún tenía que demostrar cuanto podía llegar a desarrollar las fuerzas productivas, y que por lo tanto es importante que el proletariado sea consiente de como evaluar si dicho sistema aún puede seguir desarrollando las fuerzas productivas, en este punto Engels tenía razón, porque se seguía invirtiendo en sectores productivos y reales de la economía, no obstante en la actualidad el capitalismo está orientando la Inversión a los sectores ficticios de la economía (el mercado financiero)
[4] Con la quiebra del LehmanBrothers uno de los bancos que poseía más capital en Estados Unidos.
[5] Esta crisis es en última instancia una manifestación que en el capitalismo las crisis son de sobreproducción, el incremento desmedido en la construcción de casas hizo que las mismas en un periodo de demanda se contrapusiera un periodo de oferta lo que hizo que la tendencia de la tasa de ganancia más que incrementarse disminuyera, lo cual se expresó con un recorte de la inversión en el sector construcción y el recorte de empleados, a lo cual los bancos no lograron cobrar los créditos otorgados y se generó un periodo de hipotecar casas, lo cual se metían al mercado de valores como bonos basuras, todos estos bonos fueron comprados por el gobierno de Estados Unidos, de no haber sido así la crisis hubiera sido más cruda, no obstante el evitar la caída de importantes consorcios financieros ha hecho que la crisis se agudice, y lo que representó una burbuja especulativa ha sido superada con una mucho peor.
[6] Y no solo la desvalorización de sus divisas, también a la deuda creciente de ciertos países de la Unión Europea, Grecia, Islandia, Irlanda, Italia, España y Portugal, lo cual requirió que el Banco Central Europea realizara rescates millonarios a los diferentes Estados, rescates que consistían en rescatar las bancas privadas de cada país.
[7] Sociedad financiera que posee la mayoría de acciones y lleva la administración de un conjunto de empresas que se dedican a diversas actividades económicas o industriales.
[8] Ver el libro de Salvador Arias “Regreso del Colon a El Salvador y el Derrumbe del Imperialismo del Dólar”
[9] Compuestos por instrumentos de deuda y derivados en manos de los bancos con alta probabilidad de impago. El carácter de imposición de la lógica del capital queda manifiesto en estos programas, pues se rescata, con dinero público, a las instituciones financieras de la trampa que ellas mismas habían construido.
[10] Para explicar cómo funciona la ley de la tasa decreciente de la ganancia deberemos de hacer una breve explicación, cuando el mercado más se expande y logra llegar a sus límites es donde se comprueba dicha ley, lo que los empresarios o la burguesía mejor dicho, invierte en salarios y medios de producción se ve aparejado con lo que gana, ahí comienzan las crisis, es por eso que cuando comienzan las crisis las primeras medidas son bajar la producción y el despido masivo de trabajadores para comenzar a nivelar sus niveles de ganancia con sus niveles de inversión.