Toda la atención de los medios de comunicación está presente en la muerte del Papa y su funeral. Pero actualmente circula por Italia un chiste, básicamente dice que Wojtyla hizo otro milagro con la masiva derrota de Berlusconi en las elecciones regionales del pasado fin de semana. Por supuesto, no fue un milagro, sino que está relacionado con la situación real que se está desarrollando en Italia.
ITALIA
Toda la atención de los medios de comunicación está presente en la muerte del Papa y su funeral. Pero actualmente circula por Italia un chiste, básicamente dice que Wojtyla hizo otro milagro con la masiva derrota de Berlusconi en las elecciones regionales del pasado fin de semana. Por supuesto, no fue un milagro, sino que está relacionado con la situación real que se está desarrollando en Italia.
Aunque los medios de comunicación se centren en la muerte del Papa, millones de italianos el 3 y 4 de abril salieron a votar para infligir un severo golpe a Berlusconi. Italia está dividida en 20 regiones, en 13 de ellas se reelegían los consejos regionales. Antes de las elecciones la Casa de las Libertades de Berlusconi controlaba 8 de ellas. Ahora ha perdido 6 e incluso en las dos que le quedan, Lombardía y Veneto, ha visto reducida mucho su mayoría. La coalición de Berlusconi sufrió una contundente derrota en Lazio y Puglia, en el sur del país, ambas regiones consideradas anteriormente como feudos de la derecha dura.
La derecha en Italia ha sufrido una derrota devastadora, pero el partido de Berlusconi, Forza Italia, sufrió la mayor, perdió 1,8 millones de votos en comparación con las elecciones regionales de 2000 y 4,5 millones con las elecciones generales de 2001. Esto marca el principio del fin de Berlusconi.
El gobierno de derecha de Berlusconi ahora está en crisis, puede acabar con el primer ministro abandonando su participación en la política italiana. Ha declarado que no tiene intención de dimitir, pero el año próximo tendrá que enfrentarse a las elecciones generales y el resultado más probable es que se enfrente a otra derrota devastadora. Esto se agravará con su clara intención de implantar muchos de sus planes, como son los cambios en la Constitución, y entrará en conflicto con todos. Será como un hombre que sabe que le queda poco tiempo de vida. En el pasado Berlusconi ha sobrevivido a otras derrotas pero como explicaba el Corriere della Sera, esta derrota fue tan contundente que no se puede minimizar o poner excusas.
Berlusconi ha intentado en el último minuto algunas medidas demagógicas, como dos rondas recientes de reducciones de impuestos. También planteó la perspectiva de traer a las tropas italianas de Iraq, la mayoría de la población -70% según las últimas encuestas- está en contra de la guerra de Iraq. Pero no funcionaron. Es una aparente paradoja que Berlusconi sea el primer ministro italiano que lleva más tiempo en el poder desde la caída del fascismo. Pero la paradoja no es real. Precisamente ha sufrido esta derrota porque ha estado en el poder tanto tiempo y ha estado llevando a cabo ataques duros contra los trabajadores italianos.
Lo que refleja esto es que millones de trabajadores, pensionistas, estudiantes y parados italianos, pudieron ver quién es Berlusconi. Han sufrido sus continuos ataques a los niveles de vida, a sus derechos tan duramente conquistados. Ellos quieren algo diferente. Esto ya quedó claro en una serie de movilizaciones de los últimos años, con masivas huelgas generales, muchas huelgas militantes localizadas y también la gran manifestación con 3 millones de personas en Roma [más que el número de peregrinos para el funeral del Papa] contra la guerra de Iraq.
Los estrategas del capital italiano llevan tiempo preparándose para este acontecimiento. Han preparado su alternativa en forma de Prodi y la coalición de centro-izquierda. Ahora parece muy probable que el próximo año Prodi ganará las elecciones generales y será el nuevo primer ministro. La coalición de Prodi representa una alianza entre sectores clave de la burguesía italiana y la cúpula del movimiento obrero.
Sin embargo, la burguesía italiana estaría loca si pensara que ahora tiene un sistema bipartidista estable donde uno de los dos principales frentes (centro-izquierda y centro-derecha) está preparado para servir algún tiempo en el gobierno para después ser sustituido por el otro. La derrota actual de la derecha en Italia puede llevar a una situación donde ésta sea incapaz de jugar este papel durante mucho tiempo. Así que la burguesía tendría sólo el centro-izquierda.
La actual coalición de derecha tiene dos principales componentes, Forza Italia de Berlusconi y la Alianza Nacional de Fini. Este último está en situación de emerger como el líder real de la derecha, pero esta situación se da en un contexto de declive total de la derecha. También tendrá que pagar un precio alto por su coalición con Berlusconi. El partido de Alianza Nacional siempre ha intentado presentarse como un partido sensible a las necesidades de capas de trabajadores ordinarios, pensionistas, pequeños empresarios, etc. Esto es un remanente de los días en que la Alianza Nacional no tenía escrúpulos en mantener sus vínculos históricos con el viejo régimen fascista y utilizaba la demagogia populista.
En el plano internacional Bush y Blair, mientras presentan sus respetos al Papa, deben estar pensando en que otro aliado de su guerra contra el terrorismo se enfrenta a la derrota, como ocurrió el año pasado en el Estado español con Aznar.
La situación que se está abriendo en Italia es mucho más inestable de lo que muchos pueden pensar. El año que nos queda será el de un gobierno de derecha sin autoridad real entre las masas, que tendrá que enfrentarse a una clase obrera en ascenso que ve como Berlusconi no es tan poderoso, que pueden derrotarlo fácilmente. Podremos esperar luchas sindicales más militantes como las que hemos visto ya en el período pasado.
Así que la próxima coalición de centro-izquierda encabezada por Prodi no será como la última. Los trabajadores están preparándose para presentar su factura. Tienen una larga lista de reivindicaciones que necesitan cumplir. Los dirigentes de la izquierda en Italia están presentando a Prodi como el salvador de la clase obrera, el hombre que puede derrotar a Berlusconi. Pero este hombre ya ha estado antes en el poder. Su registro está claro. Es un agente de los empresarios y llevará a cabo su programa. En realidad, la última coalición de centro-izquierda que estuvo en el gobierno realizó más privatizaciones que cualquier otro gobierno anterior.
Lo trágico de esta situación es el papel que está jugando Bertinotti, el líder de Rifondazione Comunista. Está apuntalando la imagen de Prodi. Está fortaleciéndolo ante los ojos de las masas y RC no va a ganar nada de esto. Todo lo contrario, está debilitando los vínculos con las capas más avanzadas de los jóvenes y trabajadores militantes. Ni siquiera le está dando dividendos en términos de votos para el partido. Comparado con las elecciones europeas del año pasado, el partido ha perdido un 1% de los votos y ha conseguido el mismo número de votos que en las anteriores regionales de 2002, que (junto a las elecciones europeas de 1999) fue el resultado electoral más bajo conseguido por el partido en su historia.
Será aún peor cuando el partido entre a formar parte de un futuro gobierno Prodi. Ese gobierno atacará a la clase obrera. Nadie puede tener ilusiones en que la situación va a ser diferente. Prodi cuenta con el apoyo de una parte significativa de la burguesía italiana y eso se debe a que conocen su programa y que hará cuando esté en el gobierno. Prodi chocará con el movimiento obrero italiano. Mientras esto ocurre, Bertinotti ocupará puestos ministeriales, y pagará un precio por ello.
Estas cuestiones se discutieron en el reciente congreso del partido donde Bertinotti presentó a Prodi como un amigo de los trabajadores. Más del 40% del partido votó en contra de Bertinotti y muchos de los que votaron por él, lo hicieron con una visión crítica. El debate que tuvo lugar en el congreso no caerá en saco roto. Los marxistas presentamos una perspectiva clara de cómo se desarrollarán las cosas en el próximo período. La experiencia enseñará y los marxistas estamos en posición de ganar mucho en el futuro próximo.
8 de abril de 2005