El terremoto y la miseria sacuden Guatemala

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El pasado miércoles 7 de noviembre a las diez horas con treinta y cinco minutos, se suscitó un sismo de 7.2 grados en la escala de Richter en Guatemala. Los estados más afectados fueron Quetzaltenango, Quiché, San Marcos, Huehuetenango, Sololá, Totonicapán, Retalhuleu y Suchitepéquez; estos han sido declarados por el Gobierno de Guatemala en estado de Calamidad Pública con la finalidad de hacer más eficiente la ayuda que se les proporcionará.

Las cifras que ha dejado a su paso este fenómeno natural son de 52 muertos, 22 desaparecidos, 2,966 evacuados, 5,251 damnificados, 1, 200,000 afectados y varias comunidades sin servicio de luz o agua potable, según datos oficiales preliminares.

Hasta la fecha se han producido 87 replicas del terremoto de entre 3.5 y 4.9 grados en la escala de Richter y se estima que estas replicas seguirán ocurriendo pues las placas tectónicas no han dejado de moverse.

Dentro de las pérdidas materiales se sabe que hay 8,243 casas dañadas de las cuales 2,285 ya no pueden ser habitadas, 459 están en riesgo. 2,446 tienen daños leves y 3,053 tienen daños moderados.

Es evidente que este tipo de desastres naturales no se pueden evitar, sin embargo  es posible prevenir los efectos que estos puedan causar, la pregunta en este caso sería ¿Cómo está manejando el gobierno la precaria situación?

Para responder esta pregunta, según declaraciones del Presidente Otto Pérez, en estos días se estará evaluando otorgar subsidios a las personas damnificadas, pero lo anterior dependerá del costo total que resulte y las únicas personas que podrán ser acreedoras a una nueva vivienda serán aquellas que perdieron sus hogares, por lo cual les pide a la población que sean conscientes; habla también de la implementación de un plan de acción de cinco etapas para la reconstrucción de su país. Por otra parte se está recibiendo ayuda de otros países como China que ha enviado US$60,000.00 y Venezuela que ha enviado ayuda humanitaria. Sin embargo la ayuda no ha sido entregada oportunamente ya que según el alcalde  del municipio La Reforma; San Marcos, a 3 días del incidente no había recibido ayuda, existen 800 viviendas completamente destruidas y en las calles quedan sin remover los escombros de la mayoría de las casas;  en otras comunidades la gente carece de agua potable y energía eléctrica.

Se tiene el antecedente de la catástrofe que provocó la tormenta tropical Agatha en el 2010, esta tormenta destruyó más de 300 puentes y varios pueblos quedaron incomunicados; en este desastre hubo notorios casos de corrupción ya que las obras no se ven por ninguna parte comentó el Presidente Pérez quien tomó posesión en enero del presente. De acuerdo a la pasada experiencia el gobernante hace énfasis en la transparencia del gasto que se realizará que a más tardar el viernes 16 de noviembre se tendrá un aproximado de los costos de la reconstrucción de viviendas.

En definitiva la situación de desamparo que viven los ciudadanos guatemaltecos es crítica, pero esta situación tiene un trasfondo, la falta de planeación de unidades habitacionales y la marginación en algunos lugares, han obligado a las personas a ubicar sus viviendas en zonas de alto riesgo.

El verdadero problema no son los desastres naturales como tal sino la voracidad de este sistema capitalista el cual no puede y no quiere invertir en viviendas dignas y decentes para los trabajadores y en sus familias.