Los medios de comunicación de la derecha están aprovechando (¿y como no van a hacerlo?) al máximo los resultados de las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional. Frases como: “Venezuela ya no es roja, rojita” ó “el país cambió” como nos dice El Nacional se están viendo por doquier. A su vez palabras como “reconciliación” y “paz” vuelven a estar en los medios de comunicación de la derecha. Sin embargo, los marxistas debemos hacer un análisis concreto de la situación: La incapacidad de la burocracia, el aparato del estado burgués y la propiedad privada de los medios de producción han sido (y siguen siendo) los principales obstáculos para resolver los problemas mínimos de la población.
“Ni reír, ni llorar. Comprender” Spinoza |
Los medios de comunicación de la derecha están aprovechando (¿y como no van a hacerlo?) al máximo los resultados de las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional. Frases como: “Venezuela ya no es roja, rojita” ó “el país cambió” como nos dice El Nacional se están viendo por doquier. A su vez palabras como “reconciliación” y “paz” vuelven a estar en los medios de comunicación de la derecha. Sin embargo, los marxistas debemos hacer un análisis concreto de la situación: La incapacidad de la burocracia, el aparato del estado burgués y la propiedad privada de los medios de producción han sido (y siguen siendo) los principales obstáculos para resolver los problemas mínimos de la población. Tras los resultados de las elecciones del referéndum de la enmienda constitucional, el profesor Vladimir Acosta decía de manera acertada que: “los resultados lo que demuestran es que hay dos corredores; uno de ellos va de segundo y va fortalecido tratando de alcanzar al primero, mientras el que va de primero va cada vez más agotado”. Lo que vemos es exactamente eso, que él segundo corredor se está acercando demasiado: el cuadro general de votos al Parlatino, según las cifras totales dice que el PSUV sacó cinco millones 422 mil 040 votos, mientras que la derecha sacó cinco millones 320 mil 175. No todo el mundo votó por el parlamento latinoamericano, pero lo que vemos es que la derecha está pisándole los talones a las fuerzas revolucionarias. La totalidad de diputados del PSUV son 98, mientras que la derecha logró 65 diputados y el PPT logra 2. A su vez, el partido ultraderechista Primero Justicia logró 10 diputados, uno de ellos un empresario que fue Presidente de Conindustria. La dirección del PSUV hizo todo lo posible por hacer ver que esta elección era prácticamente un referéndum, diciendo que los votos serían a favor de Chávez, las llaves de Chávez, el carrusel de Chávez, los candidatos del pueblo son mis candidatos nos dijeron en sus carteles. Es cierto, que no hay en las filas de la derecha ningún candidato que pueda medirse con el camarada Chávez, pero si comparamos ésta elección con la enmienda constitucional de hace un año y medio, los votos a favor de la revolución fueron 6.310.482 con un 54,85%, mientras que la derecha sacaba 5.193.839 con un 45,14%, con una participación total de un 70,32 %, a diferencia de esta elección que la participación ha sido de 66, 45% (esto sin hablar de los resultados de la reforma constitucional que perdimos y sin nombrar la aplastante derrota a la derecha en las elecciones presidenciales del 2006). La diferencia en esta elección es que un grupo importante de votantes a favor de la revolución no fue a votar contra la revolución, sino que se abstuvieron. Esto sin duda debe hacer reflexionar a nuestras filas, sobre todo a la dirección de nuestro partido. La política reformista es culpable del avance de los escuálidos Lo que hemos podido ver en las filas revolucionarias se puede traducir en una palabra: agotamiento. Un sector de la burocracia ha estado al tanto y plantearon la Ley Orgánica de Procesos Electorales hace un año, donde cambiaron los circuitos electorales para poder mantener la mayoría de diputados en la Asamblea Nacional. Si no se hubiera aprobado la ley, el resultado sería catastrófico. Ciertamente se ha obtenido mayoría simple en la AN, pero como muestran las cifras es innegable que la derecha ha avanzado. Lo que más salta a la vista, es la pérdida de importantes bastiones, entre ellos el estado Anzoátegui, dónde la MUD ganó 5 diputados, mientras el PSUV solo sacó 1. La razón por esta derrota no es difícil de encontrar: El estado Anzoátegui es gobernado por Tarek William Saab que ha seguido la política de ponerse al lado de los patronos, en contra de las ocupaciones de fábricas como Mitsubishi, Vivex y Macusa. Ante esta situación, no es difícil entender porqué la clase obrera de Anzoátegui no salió con mucho entusiasmo frente al llamado de votar por el PSUV en estas elecciones. Hemos visto algo similar en otros sitios. Esto de ninguna manera muestra “baja conciencia del pueblo”, sino todo lo contrario: Las masas castigaron la política reformista que no sirve para satisfacer sus necesidades básicas. Están cansadas de palabras y discursos vacios. Quieren acción y medidas prácticas para cambiar el país y destruir la hegemonía económica de la oligarquía. A esto se le suma la difícil situación del país, tal como lo planteamos en nuestra Editorial de Lucha de clases número 3: “La campaña electoral ha comenzado acelerando su marcha. Mientras la derecha arrecia la ofensiva, las bases pesuvistas (en muchos circuitos y circunscripciones) no se convencen del todo de los candidatos que tienen. En todas partes se habla de la apatía existente a la campaña, y un grupo importante de camaradas irán a votar más por compromiso que por convicción. La situación se está volviendo cada vez más compleja, a pesar de que los sectores más conscientes están participando en las actividades políticas de nuestro partido, cada vez hay más apatía. La burocracia está chocando con una cruda realidad: no se puede tener a las masas en efervescencia permanente; a menos que se resuelvan los problemas más sentidos. Insólitamente vemos a algunos candidatos y miembros de la dirección del partido diciendo que el pueblo no tiene conciencia. Estancamiento de las fuerzas productivas A diferencia de las grandes cifras de crecimiento del 2006, las cifras de hoy no son nada halagadoras. El 2009 terminó en una caída de -3,3% del PIB; mientras que el primer trimestre del año cerró en -5,8%. El Banco Central trata de halagarnos diciendo que la caída del II trimestre de -1,9% ya no es tan mala, porque “lo peor ya pasó” y que debemos esperar a la anhelada recuperación económica. Aún así, el primer semestre del año cierra en -3,5% según el propio BCV. En este trimestre tres sectores importantes que mueven la economía se han visto con números rojos, como el comercio que cayó 6,0%, la industria manufacturera -3,7%; mientras que la construcción tampoco se salva: el sector público disminuyó un 3,8%, mientras que el sector privado disminuyó un 25,0%. En general la construcción cerró en -6,4. También cayó el caucho y plástico, metales comunes, productos elaborados de metal, muebles y vehículos. Según el informe de la CEPAL, solo Haití y Venezuela cerraran en números rojos para este año, con un -8,5% y -3% respectivamente. Ilusiones reformistas A esto se le suma la caída de la actividad petrolera de este trimestre de -2,0%, a pesar de los sueños de los reformistas y burgueses que dirigen el Banco Central, más la inflación, que probablemente cierre este año con más de 30%. Según un informe presentado por el periódico burgués El Mundo, la canasta alimenticia ha subido 463,53 Bs.F al cierre del 1er semestre. El kilo de ajo porro cuesta 29,50 BsF, mientras el kilo de pimentón puede llegar a los 27 BsF. El tomate puede costar de 6 a 12,40 BsF. La cebolla se puede encontrar en 16 BsF, mientras en el Bicentenario se encuentra en 23 BsF. El mismo informe de El Mundo dice que al cierre de junio, la canasta básica para una familia de cinco miembros es de 2.484,73 bolívares fuertes, lo que significa que cada grupo familiar debe invertir más de dos salarios mínimos (1.223,89 bolívares fuertes) solo para la compra de la comida. Los trabajadores también debemos pagar alquiler. Según El Mundo los alquileres en Caracas de un apartamento en Montalbán o El Paraíso van entre los 3000 o 4500 BsF. En La Candelaria un apartamento tipo estudio (40m) está en 4500 BsF mensuales. En La Urbina un apartamento puede costar 5000 BsF uno tipo estudio, mientras en la avenida Lecuna, uno igual puede costar 2200, de una habitación. Como si fuera poco, salió un informe del Índice Internacional de Derechos de Propiedad (IPRI) del 2010, que ubicó a Venezuela en el puesto 121 de 125 naciones, es decir, ni la burguesía venezolana, ni la burguesía mundial confían en el gobierno bolivariano. ¡Bajo semejantes condiciones dicen los reformistas que el pueblo no tiene conciencia! ¡La ceguera de sus grotescos salarios no les permite ver la realidad! La raíz del problema Estamos ante el 70 aniversario del asesinato del gran revolucionario ruso León Trotsky. Sus escritos hoy en día son más vigentes que nunca. Durante la guerra civil española, Trotsky escribía que los estalinistas y los reformistas creían que hacían alianzas con la burguesía española; pero la verdad es que se aliaban con la sombra de la burguesía. Lo mismo podemos decir de Giordani, Merentes y compañía. El problema real es seguir manteniendo la propiedad privada de los medios de producción y el aparato de estado burgués. El mismo camarada Chávez se ha referido a este tema en varias oportunidades. Mientras la burguesía siga siendo dueña de sus empresas seguirá saboteando la economía, tal como vemos con el ultraderechista Rafael Alfonzo. Los marxistas nos preguntamos ¿Cuántas casas se pudieron haber construido con los 200 millones de dólares que se les pagaran a los burgueses colombianos? Aún pagando esa deuda, Cadivi debe 786 millones de dólares más. Debemos preguntar ¿Será que en verdad Santos es mejor que Uribe? Respuesta: No lo creemos” (1). Estas líneas la escribimos los marxistas semanas antes de la elección. Podemos ver como su vigencia se mantiene ahora con los resultados. Este año (a diferencia de años anteriores) la derecha ha sabido utilizar a su favor todas las contradicciones internas que vive en la actualidad la revolución venezolana. El mantener la propiedad privada de los grandes medios de producción (banca, industria y tierras) y solo nacionalizar algunos elementos, lo que ha traído es la intensificación del sabotaje económico por parte de la burguesía, trayendo consigo las peores lacras del sistema capitalista: escasez, inflación, desabastecimiento, delincuencia, falta de trabajo y vivienda. Los ministros reformistas han hecho todo lo posible por levantar la economía incrementando el gasto público sin ningún resultado. La economía sigue en recesión, aunque menor que en los trimestres anteriores, se mantiene y golpea duramente el bolsillo de los trabajadores (La derecha ha utilizado todo tipo de propaganda para aprovecharse de esta situación. Ver videos de propaganda de la derecha). Según la firma burguesa Ecoanalítica, afirma que en el 2006 el Gobierno logró que el crecimiento de 1% del PIB con una inyección de 2,6 millardos de dólares, mientras que en el 2008 tuvo que utilizar 13,4 millardos de dólares (2). El incremento del gasto público (como lo hemos visto este año) hará que la inflación llegue a 27% o 30% como lo afirma el propio director del Banco Central Nelson Merentes (3). Los marxistas explicamos la ineficiencia de llevar a cabo una política de corte Keynesiano como la que se ha estado llevando a cabo, como dijimos en nuestro Documento de Perspectivas en abril de este año: “Ilusiones Keynesianas Hay otro grupo de reformistas que plantean tratar de revivir las viejas tesis del keynesianismo. Estas viejas tesis ya han sido puestas en práctica por los adecos en el pasado, llevando a un grave incremento de la inflación en la década de 1970 y la posterior devaluación de la moneda en los años 80. Esta tesis plantea que el gobierno debe incrementar permanentemente el gasto público basado en la entrada de dinero producto de los impuestos que recibe por una parte de los empresarios y por otra de los trabajadores. El problema está en que al incrementar los impuestos a los capitalistas, estos a su vez responden reduciendo los márgenes de inversión en capital constante y capital variable y a su vez aumenta el desempleo, producto de la caída del beneficio capitalista. Mucho más cuando el gobierno nacionaliza algunas empresas estratégicas. A la vez, si el Estado incrementa los impuestos a los trabajadores y a la pequeña burguesía, la demanda cae y a la vez aumenta el desempleo, agudizando cada vez más la crisis. Para salir de este círculo, el Estado, a través del Banco Central, se ve obligado a imprimir billetes en grandes cantidades para solventar esta situación. El problema está en que hay demasiado dinero en circulación comparado con la cantidad de mercancías que hay para vender, mucho menos con la actual burguesía parásita nacional. Esta situación exacerba la inflación que a finales del 2009 estuvo ubicada en 25,1%. A pesar de que ha bajado en comparación con el 2008 (31,9%) sigue siendo la más alta del continente. La inflación golpea duramente a todos los sectores de la clase obrera. La ligera disminución de la inflación no se debe a las "favorables condiciones climáticas, las cuales hicieron posible una oferta abundante de algunos bienes agrícolas, [y a] los programas de seguridad alimentaria adelantados por el Ejecutivo Nacional, tales como Mercal y Pdval" como afirma el BCV en su informe a la Asamblea Nacional, sino a la caída del consumo por parte de la clase obrera en su conjunto. Ted Grant había escrito sobre el circulo vicioso del keynesianismo en su artículo ¿Habrá una recesión? La burguesía dice permanentemente que el culpable de esta situación es el gobierno porque pone demasiado dinero impreso en circulación y anhelan volver a las tesis monetaristas de restricción de impresión de monedas y de privatizaciones de empresas donde el Estado debe reducirse a su mínima expresión y dejar todo a la "mano invisible del mercado". Los burgueses no muestran ninguna alternativa congruente, pero los reformistas tampoco. No hay ninguna solución capitalista a la crisis del sistema actual. El capitalismo puede lograr alguna recuperación y un nuevo boom económico, pero eso sólo preparará una crisis más fuerte para el futuro. Es justamente este modelo que defiende la burguesía el que ha llevado a la crisis económica mundial. La lucha de clases está a la orden del día en Venezuela y los capitalistas se niegan a invertir. La política de déficit presupuestario y de aumento del gasto público que ha mantenido el gobierno está llevando al mayor nivel de inflación que ha tenido el gobierno revolucionario. A esto se le suma la anhelada devaluación de la moneda que tanto quería la burguesía. Después de grandes campañas a favor del bolívar fuerte, la política keynesiana ha debilitado al bolívar hasta llevarlo a la devaluación. Ayer veíamos al ex ministro de Finanzas Rodrigo Cabezas hablando de la importancia del bolívar fuerte: "La reconversión monetaria le permitirá al país entrar en una fase histórica de estabilidad de precios y redundará de manera positiva en la población venezolana". Luego decía en Venezolana de Televisión el 24/03/2009: "La oposición tiene metido en la cabeza el casete del Fondo Monetario Internacional que consiste en devaluación tras devaluación". En el mismo programa dijo: que se devalúa el bolívar, es para encarecer la divisa cuando hay libertad cambiaria y que esa situación llevaría al país a un estallido social como en 1989. Hoy en día, sobre la devaluación de la moneda nos dice: "Es una oportunidad para debatir el tema de la industrialización de las importaciones, así como la competitividad de exportación en el país" VTV 11/10/2010 (4). ¿Demasiado radical? La derecha y sus medios de comunicación no han gastado recursos en decir que hay que detener el radicalismo del Presidente, que las expropiaciones van a acabar con la propiedad privada de todos, que hay que detener los intentos de instaurar el comunismo cubano etc. A su vez, el “chavismo azul” (PPT) se ha enfocado en una tarea: tratar de atraer a los sectores de la pequeña burguesía del chavismo, descontenta con la burocracia y a su vez atraer a la pequeña burguesía de la derecha. Sin embargo, dentro de las propias filas del PSUV y a su vez dentro de algunos Ministerios, van a hacer todo lo humanamente posible, por influenciar al propio Chávez para que detenga la marcha al socialismo. Esto lo vimos cuando, después de los resultados de la elección de la enmienda constitucional, José Vicente Rangel y Jorge Rodríguez hablaron que es el momento del diálogo. Sin embargo, el camarada Chávez correctamente negó toda posibilidad de dialogar con la derecha, pero lo que veremos es que dirigentes de nuestro propio partido no agotaran esfuerzos en decir que los resultados de la elección son producto del “radicalismo” del presidente. Lo que vemos es lo contrario, el problema está en que la revolución aún no ha sido completada, no se ha llevado hasta el final, no se ha radicalizado. A pesar de las nacionalizaciones de este año que ha hecho el gobierno producto de la guerra económica que ha declarado la burguesía, no es suficiente. El problema real, estriba en que las medidas revolucionarias no van lo suficientemente rápido, y a esto se debe el agotamiento del chavismo en general. Esta es una polémica que mantenemos con los reformistas y con algunos elementos que se hacen llamar así mismos marxistas. Lenin en su escrito “La catástrofe que nos amenaza y como combatirla” escrito en septiembre de 1917, polemizando con los mencheviques dice que: “Nosotros –dicen- no estamos todavía bastante maduros para el socialismo; sería prematuro “implantar” el régimen socialista, nuestra revolución es una revolución burguesa; hay que ser, por ello, lacayos de la burguesía (¡a pesar de que, hace más de ciento veinticinco años, los grandes revolucionarios burgueses de Francia hicieron grande a su revolución implantando un régimen de terror contra todos los opresores, contra los terratenientes y los capitalistas!). Los malhadados marxistas al servicio de la burguesía, a los que se han sumado los eseristas, y que ven las cosas de ese modo no comprenden (si se considera las bases teóricas de su concepción) lo que es el imperialismo, lo que son los monopolios capitalistas, lo que es el estado, lo que es la democracia revolucionaria. Pues, si se comprende todo eso, no puede dejar de reconocerse que es imposible avanzar sin marchar hacia el socialismo”. Dentro del partido, existen elementos reformistas que hacen todo lo posible por frenar el impulso revolucionario de las masas, tal como pasó en Rusia con los mencheviques. Como explica Lenin más adelante: “Nuestros eseristas y nuestros mencheviques enfocan el problema del socialismo doctrinariamente, desde el punto de vista de una doctrina aprendida de memoria y mal asimilada. Presentan el socialismo como un porvenir lejano, desconocido, nebuloso. Pero el socialismo asoma ya por todas las ventanas del capitalismo moderno, el socialismo se perfila de forma inmediata, prácticamente, en toda medida importante que constituya un paso adelante sobre la base del capitalismo moderno” (5). Lenin continúa diciendo claramente que no cabe término medio: a favor del pueblo o a favor de la burguesía. Ante los resultados la burguesía no se hace esperar Al saber los resultados el Presidente de Fedecámaras Noel Álvarez, ya está pidiendo que las leyes aprobadas por el último período de la Asamblea Nacional sean reformadas. Esta nota apareció en la página web del diario burgués El Mundo, con apenas minutos de los resultados de las elecciones parlamentarias. "existe una gran cantidad de leyes que se han generado durante este Gobierno y afectan a la actividad empresarial, por lo que tendremos que hacer un inventario para presentárselo a los diputados electos y ver cómo pueden reformarse, para adecuarlas a la realidad económica" nos dice él Presidente de la mayor organización burguesa del país. Y sigue: “Algunas de ellas son la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública o Social, la Ley de Tierras, la Ley de Tierras Urbanas, la Ley de Propiedad Social, la Ley de las Comunas, la llamada Ley del Indepabis y la Ley de la Fuerza Armada que afectan directamente o tangencialmente la actividad económica”. Álvarez dice que va a plantear una serie de cambios a las leyes que “afectan la propiedad y la competitividad” en su próxima Asamblea Anual, donde propone que estén presentes los diputados de la derecha y del gobierno, para de esa manera, poder dar muestras de “pluralidad”. No solo el Presidente de Fedecamaras empezó a pedir a la nueva Asamblea Nacional, también Carlos Larrazábal, Presidente de Conindustria, dice que: "lo primero que debe realizar el nuevo Parlamento es rescatar el espíritu de la Constitución, que obliga al Estado a hacer las políticas públicas con el sector privado, para acabar con la actual diatriba que existe entre el Estado y el capital y se garantice la seguridad jurídica y el derecho a la propiedad privada. Creemos que es el momento para tender puentes en el país, tarea a la que los industriales venezolanos estamos dispuestos; puentes que permitan dar plena cabida al mandato constitucional de ponerse de acuerdo el sector público y la iniciativa privada en las metas del desarrollo, que creen un clima para la inversión privada en el país como vía indispensable para generar empleo y alcanzar el desarrollo, donde cesen las agresiones a la propiedad privada, a la libre empresa y a la libertad económica que permitan abatir la inflación y la pobreza" (6). La burguesía está actuando inteligentemente, pero no solo a los burgueses de derecha les ha disgustado leyes como la Ley de Economía Comunal, también dentro de las propias filas del partido hay elementos que están contra leyes como ésta. En una entrevista que le hizo El Mundo a Miguel Pérez Abad respondió: “Es una ley (la ley de economía comunal) bien planteada y sofisticada. Pero tiene un detalle: que no contempla a los empresarios. ¿Y quién puede mejor ayudar a una comunidad a montar una empresa que un empresario? Ese es un conocimiento necesario” (7). La burguesía habla como si el gobierno hubiese caído, cantan victoria quizás sin darse cuenta que el camarada Chávez sigue en Miraflores, sin embargo los burgueses, tanto la extrema derecha y los más “inteligentes” como los de Empresarios por Venezuela, van a ejercer toda la presión posible porque el gobierno del Presidente Chávez de un giro a la derecha, presionando para que suba los precios de los alimentos, y que le dé concesiones y créditos a los empresarios. No hace falta que Fedecámaras ejerzan ninguna presión en sus candidatos, pero sin duda alguna, Pérez Abad ejercerá una presión brutal sobre los nuevos (y viejos) diputados del PSUV para implementar leyes contra el pueblo y los trabajadores como lo vimos después de la derrota de la reforma. En realidad la idea de “reconciliación” y “diálogo” planteada por la derecha significa que ¡la mayoría pesuvista debe someterse a la minoría derechista! Según ellos, el parlamento saliente (y la nueva) debe legislar con más “moderación”, es decir debe someterse a sus deseos. Increíblemente a esto lo llaman “democracia”, “pluralismo” y “respeto”. Pero todo revolucionario sabe la trayectoria de estos “demócratas” que hace tan solo ocho años intentaron dar un golpe de estado sangriento contra el pueblo y el camarada Chávez. Este hecho por si sólo es suficiente para juzgar a estos títeres del imperialismo norteamericano. Por un programa marxista para el PSUV La política de tratar de “darle lecciones” a la burguesía ha demostrado su total incongruencia. El gobierno, para frenar la fuga de capitales ha implementado el control de cambios, pero hoy en día esto no tiene ningún resultado. Es cierto que los burgueses están sedientos de dólares y divisas extranjeras, solo para importar lo que se consume en Venezuela, no tienen ningún interés en invertir hasta que caiga el gobierno revolucionario. Los reformistas saldrán como siempre lo han hecho cantando la misma canción: el pueblo no tiene conciencia, ¿pero cómo es posible que un pueblo que no tiene conciencia logre mantener un gobierno en el poder 11 años, defenderlo de un golpe de estado, de un paro patronal y petrolero y ganar más de 10 elecciones? Tal como lo hemos planteado, no es posible nacionalizar algunos sectores de la economía “paso a paso”, así como tampoco es posible cazar un tigre pata por pata. El partido debe sacar las conclusiones correctas para poder elevar el nivel político de la militancia pesuvista. Decir que este es un gran triunfo es completamente equivocado. No hay lugar donde los militantes pesuvistas no estén hablando del fracaso de la campaña, de los resultados y en muchos casos de algunos candidatos “bate quebrao” que habían. Es el momento de hacer que la dirigencia del PSUV blinde al partido con un programa que nacionalice la banca, que permitiría la construcción masiva de viviendas que es la preocupación del camarada Chávez, la nacionalización de las principales industrias, defendiendo los puestos de trabajo de miles de trabajadores que están amenazados por los patronos, y la intensificación de la reforma agraria, que permitiría que el pueblo pueda adquirir los alimentos necesarios y los campesinos pobres, acabar definitivamente con el latifundio. Los diputados de derecha solo podrán llegar a sus curules en enero, por tanto los diputados del PSUV, deberían darle una Ley que habilite al camarada Chávez, no para decretar leyes como la del trueque (que no toca en absoluto la propiedad de los grandes capitalistas) sino para nacionalizar las palancas fundamentales de la economía. Esto generaría un gran entusiasmo por parte de los trabajadores, como ahora vemos en Guayana. La derecha seguirá sin lugar a dudas con la gran ofensiva contra la revolución, de hecho, están asustados por las medidas que se puedan tomar en los próximos tres meses que quedan con mayoría absoluta. La revolución no debe detener su marcha sino seguir y llevarla hasta el final. Venezuela tiene todas las condiciones para crecer y salir del estancamiento económico en el que nos han metido los reformistas. Una Venezuela socialista sería el fin definitivo de la falta de vivienda, desarrollaría la industria y la producción de alimentos a niveles nunca vistos. Los trabajadores de Latinoamérica y el mundo seguirían su ejemplo tomando el poder en sus propias manos, pero esto solo se puede hacer sobre la base de un programa marxista. ¡Ningún pacto ni diálogo con la derecha! ¡Radicalización de la revolución! ¡Por una Venezuela Socialista!
NOTAS: 1. Editorial de Lucha de Clases número 3. http://www.luchadeclases.org.ve/editorial-leftmenu-165/6790-lucha-de-clases 2. Ecoanalítica afirma que en el 2006 el Gobierno logró que el crecimiento de 1% del PIB con una inyección de 2,6 millardos de dólares, mientras que en el 2008 tuvo que utilizar 13,4 millardos de dólares. http://www.eluniversal.com/2010/03/15/eco_art_el-gasto-publico-pie_1797498.shtml 3. Merentes: Ya salimos de lo peor de la caída del PIB. Últimas Noticias. Sábado 21 de agosto del 2010. Página 24. 4. La lucha de clases en Venezuela. Documento de Perspectivas. http://www.luchadeclases.org.ve/psuv/6702-comite-de-redaccion-lucha-de-clases 5. Lenin. La catástrofe que nos amenaza y como combatirla, obras escogidas. Tomo II. Páginas 275 y 277. 6. Conindustria: la Nueva Asamblea Nacional debe tender puentes. El Mundo/Economía y Negocios http://www.elmundo.com.ve/Default.aspx?id_portal=1&id_page=26&Id_Noticia=9246 7. Entrevista a Miguel Pérez Abad “Nuevo Modelo Económico no puede desconocer a la empresa privada”. El Mundo/Economía y Negocios. Lunes 30 de agosto del 2010. Página 4 y 5. |