Con el incremento de los expedientes preventivos de crisis por los empresarios la dirección de CTA y los grupos de izquierda han hecho del reclamo de prohibición de los despidos una de sus consignas centrales. Nosotros no compartimos el énfasis que estos compañeros ponen en esa consigna. En realidad, nos parece una trampa, como la experiencia de la provincia de Santa Fe lo ha demostrado
Con el incremento de los expedientes preventivos de crisis por los empresarios la dirección de CTA y los grupos de izquierda han hecho del reclamo de prohibición de los despidos una de sus consignas centrales. Nosotros no compartimos el énfasis que estos compañeros ponen en esa consigna. En realidad, nos parece una trampa, como la experiencia de la provincia de Santa Fe lo ha demostrado.
La ley santafesina prohibía los despidos "sin causa". Pero, en el contexto actual, cualquier empresa puede justificar sus despidos "con causa", y si hace falta falsificará sus libros de balance. La única manera de parar los despidos es con la lucha y la organización. Es el miedo a la reacción de los trabajadores lo que ha obligado al gobierno y a la burocracia sindical a presionar al máximo a la patronal para que sustituya despidos por suspensiones en las grandes fábricas.
En lugar de lanzar una consigna que comporta una actitud pasiva de los trabajadores, como es la prohibición de los despidos a través del mecanismo del parlamentarismo burgués, la CTA y la izquierda deberían poner el énfasis en lanzar la consigna de un plan de lucha nacional contra los despidos y la huelga general, acompañado de consignas transicionales como apertura de libros de cuenta de las empresas, comité obreros de control para verificar el estado financiero de la empresa, expropiación de fábrica que cierre o despida trabajadores, etc.
