Publicamos la carta que nos remitió el lector Hugo N. Lilli donde nos ofrece su visión personal sobre el tema de la autonomía de la región boliviana de Santa Cruz. El último referendo semiconstitucional llevado a cabo en Santa Cruz de la Sierra reavivó la vieja llama del secesionismo, sólo que esta ocasión tiene orígenes diferentes.
Desde los chechenos en Rusia, pasando por los vascos en España, hasta los kurdos en Irak se trató siempre de grupos rebeldes separatistas cuyos argumentos van desde lo religioso, pasando por lo étnico, hasta lo puramente político.
El caso boliviano es distinto. Si bien hay una componente racial ya que los gringos del oriente petrolero no soportan ser gobernados por un aborigen del altiplano, el principal argumento es meramente es económico. Esos acaudalados empresarios de ascendencia extranjera no quieren resignar sus fabulosas ganancias ante estos embates nacionalistas de un gobierno que tiende al socialismo.
Sería deseable que ese ejemplo no cunda en la región, en especial en Argentina donde hace tiempo que se vienen observando intenciones parecidas. Sin ir muy lejos, en 2002 la consultora Giacobbe y Asociados realizó una suspicaz encuesta en Chubut y Santa Cruz en donde preguntaba a los ciudadanos si estaban dispuestos a que sus gobiernos canjearan territorio a cambio del pago de parte de la deuda externa y cómo veían la idea de la separación de la Patagonia respecto al resto del país.
Hugo N. Lilli
hugolilli@hotmail.com
Córdoba
