“Mi amor, la libertad es fanática
ha visto tanto hermano muerto,
tanto amigo enloquecido,
que ya no puede soportar
la pendejada de que todo es igual,
siempre igual, todo igual, todo lo mismo…”
Blues de la Libertad – Patricio Rey y sus redonditos de ricota
El cambio de presidente ha generado una expectativa en gran cantidad de gente y que poco a poco al transcurrir el gobierno y aplicar sus medidas su imagen decae. La llegada de La Libertad Avanza-Milei a la dirección del Estado está relacionada a la ausencia o declive de figuras representativas por parte de las grandes patronales en los partidos tradicionales, dicho de otra manera, la burguesía se encuentra en una crisis de representatividad.
En un contexto de medidas o paquetes de subsidios como parte de medidas desesperadas por parte del Peronismo con Massa, candidato presidencial por Unión por la Patria, que como ministro de economía otorgó grandes cantidades de subsidios a sectores obreros que básicamente no han mejorado sus condiciones de vida, ya que el proceso constante de pulverización del salario por el mecanismo inflacionario no tiene techo.
Por el lado de los sectores empresariales la ayuda que les brindo no es más que una timba financiera con la especulación; y nos quedan grandes emisiones de dinero que, en el marco de la crisis capitalista, nos empujan a la hiperinflación ante un Estado desfinanciado y quebrado. Un plan opuesto a lo que reclama el FMI y capital financiero internacional -de no emitir dinero- que demandaba un ajuste brutal y de shock contra la clase obrera. Un ajuste pactado con todas las fuerzas en una clara acción de acompañamiento o unidad nacional para implementarlo; para recuperar/garantizar el giro y pago de deuda externa.
El viejo liberalismo y la burguesía en ruinas.
La llegada de Milei al gobierno no puede ser desligada de la crisis del 2008, que impacta en Argentina en 2010/2011 una crisis hipotecaria, una crisis financiera a nivel internacional, una crisis de empresas y de bancos en la cual los Estados -obviamente capitalistas- han salido al rescate de las mismas con sus Bancos Centrales.
En 2003, años de reflote de la economía en el país, el gobierno kirchnerista promovió la reorganización de la burguesía nacional (reformismo burgués). El boom de los precios de las exportaciones sojeras sometidas a grandes retenciones, le permitió hacer caja. Una caja que fue usada para la cooptación de los movimientos sociales, políticos, sindicales, DDHH al aparato del Estado.
La acumulación de reservas y capital por parte del estado nacional y popular, no da en esos momentos para un mayor desarrollo de las fuerzas productivas, claramente por motivos políticos de quedar subsumidos a los dictados de lo más rancio de la burguesía argentina y del imperialismo. Se presenta el plan estratégico de gran fraccionamiento de la industria nacional donde nuestro país se trasforma en una zona franca de ensamblajes. No se genera, no se produce herramientas o máquinas para industrias, solo se pega/suelda/arma productos con partes importadas y se les coloca el sello de producción nacional.
El plan que intenta desarrollar Javier Milei y su equipo -a gran escala-, no es más que una tremenda profundización de la economía en términos de primarización. La contracara es lo que se intenta imponer a la clase obrera, la tercerización y precarización laboral, medidas que son tomadas hacia las administraciones públicas del Estado –recortes-. Es verdad que se convocó a un paro de 12 horas para el 24 de enero, pero esta medida votada sin asambleas de base en fábricas y empresas, intenta ser cohesionada por arriba por la burocracia sindical vaciándola de lo más fundamental de una huelga que dañe o se haga sentir en la producción: la clase obrera. La política de los jefes sindicales y las centrales obreras que hace tiempo fueron cooptadas al Estado, no es más que contener cualquier tendencia de independencia política de los explotados. Un paro de 12 horas concebido en estos términos, es insuficiente para derrotar el ajuste de Milei, enfrentar al avance del gran capital y del imperialismo.
Bajo estas condiciones que se intentan imponer a palo y sangre, las figuras patronales han perdido peso/credibilidad en las masas laboriosas que sienten cada vez más sus ingresos destruidos por la inflación y la caída del salario; reduciendo el consumo de comida y bienes de primera necesidad, a una miseria creciente.
El contraste es empresarios y políticos con más privilegios. El personaje del liberalismo llevado adelante por Milei canalizó el descontento bajo el discurso de acabar con “la Casta” y la liquidación de privilegios de la misma, esto no sucede. Pacta con la casta, la burocracia, el aparato represivo y ajusta a los trabajadores. Por otra parte, la liberación de los mercados atenta directamente contra la industria nacional que no progresa y permanece en un estado primario de su producción y que serán devorados por los grandes mercados.
El Mega decreto
El gobierno asume la dirección del régimen capitalista en Argentina en un cuadro contradictorio. Su fuerza política no tiene desarrollo/cuerpo nacional. Su presencia en el Congreso es de minoría sin posibilidad de tener cuórum propio. El juego de la extrema derecha Argentina es usar una bomba de humo como factor de extorsión y coerción bajo el nombre de MEGA-DNU. Un golpe directo al régimen político y social como venía funcionando, pero ante la crisis capitalista internacional este caducó y se debe reacomodar al orden mundial de los requerimientos del capital financiero, y las multinacionales que operan en el país con arreglos a lo más rancio de la burguesía agrupada en la Unión Industrial Argentina –UIA-, Asociación Empresaria Argentina –AEA- y la Sociedad Rural y las potencias mundiales en su relación comercial internacional.
La caducidad o la imposibilidad de seguir gobernando en base a estas formas políticas donde el oficialismo puede tener una mayoría en el parlamento para su funcionamiento y no sacar leyes anti obreras, ahora no existe. El reclamo de la aceleración de las medidas marcadas en el DNU y Ley Ómnibus, es la hoja de ruta del FMI para la argentina. Su presentación del DNU Y la Ley Ómnibus bajo estas formas es poner blanco sobre negro lo que ya pactaron todos los partidos patronales antes de las elecciones presidenciales.
Hay que oponer a estas medidas una verdadera democracia, la democracia obrera, nuestras tradiciones de lucha, de combate y mostrar el verdadero rostro del régimen capitalista y hasta donde son capaces de llevar adelante sus saqueos de nuestras condiciones materiales de vida. No hay perspectivas de desarrollo para los trabajadores bajo ninguna forma capitalista.
El gobierno a través de este paquete de privatización/venta de la riqueza nacional llamado DNU, realiza un llamado a los estados capitalistas a transferir/invertir su capital en el remate de recursos naturales/energéticos. Estos capitales CHINOS/YANQUIS/RUSOS o cuales fuera el mejor pagador, están interesados en la explotación de la reserva del litio, oro, glaciares, masas forestales, el territorio en general. Una prueba de la resistencia de los trabajadores como germen en las zonas del NOA, fue Salta y Jujuy ante el ingreso de los capitales chinos sobre la explotación de litio que llevó a una pueblada contra la reforma Constitucional de Gerardo Morales, se extendió hasta la capital el reclamo y a pesar del desalojo, esta lucha está latente en los pueblos donde impacta la mega minería y la explotación de litio.
El liberalismo de la LLA tiende a extorsionar a gobernador por gobernador para pactar con sus Diputados o Senadores para llevar adelante una votación negociada y favorable al saqueo.
La Denuncia/queja no alcanza. Es el Poder político.
El mega decreto o DNU, junto a Ley Ómnibus, no puede caer bien a ningún sector obrero porque es un ataque frontal de la clase capitalista.
La clase capitalista ha puesto sobre la mesa sus condiciones para negociar la vida política y social de la Argentina. No podemos entender a esta maniobra como una simple artimaña política del estado burgués por lo tanto, no podemos quedar planteando la denuncia como un hecho aislado/excepcional de la constitucionalidad. Así es la democracia burguesa.
La vida democrática de los trabajadores y las trabajadoras viene siendo transgredida desde la creación del Estado. Las conquistas que se quieren quitar solo se las puede sostener y recuperar mediante las acciones políticas de masas. Pero no puede servir para volver a un estado anterior sino elevar nuestras condiciones a un estado superior de la democracia. Una democracia obrera. Sin estos planteos concretos caemos en fraseologías reformistas y defensoras del Estado burgués.
Desde siempre, cuando la burguesía vio amenazada su forma de gobierno utilizó las fuerzas represivas para coartar cualquier derecho de los trabajadores a reclamar o luchar por mejores condiciones de vida. Las que día a día empeoran. Antes del DNU y la Ley Ómnibus, hubo luchas obreras que se desarrollaron de forma auto convocadas en distintas provincias, y que son un mecanismo de defensa que debe ser dotado de un programa político en defensa de sus reivindicaciones. Las consignas defensivas/económicas/sindicales como abajo el DNU y la Ley Ómnibus, tienen que estar acompañadas de la formulación de un gobierno que pueda satisfacer las demandas como las libertades democráticas, las libertades públicas, las políticas sociales de salud y educación, de trabajo y vivienda, que no puede ser otra que el gobierno de los trabajadores.
Las condiciones de vida en el campo laboral, el derecho al descanso, al ocio creador, al arte están atacadas desde siempre para las grandes mayorías explotadas y quieren borrar todo vestigio, ser liquidadas por este régimen. Esta forma de gobernar de los capitalistas debemos oponerle necesariamente nuestro gobierno, el gobierno de las mayorías, de los de debajo de los trabajadores.
Por todo esto debe ser destruido el orden social existente; la organización de la democracia burguesa está caduca y hay que tirarla al basurero de la historia.
Las asambleas populares, reuniones colectivas que se gestan es la formación embrionaria de los órganos del futuro poder. Es la construcción donde cada uno de los que participamos debemos presentar batalla, con aproximación al debate ideológico y estratégico de la lucha por el poder ligándola a las banderas reivindicativas. Las formaciones de frente únicos en la acción deben avanzar hacia la agitación política para superar las trabas de los conservadores, reformistas, legalistas.
La unidad de estas asambleas, bajo coordinaciones regionales y nacionales, es posible. La acción política de las masas debe ser discutida y centralizada por los órganos que van generando la lucha de clases. Se abre perspectivas de grandes luchas en todos los aspectos de la vida de los obreros, debemos tomar en nuestras manos la tarea de transformarnos en agitadores/tribunos y propagandistas de la lucha política de la clase obrera. Organizando la huelga general, organizando la victoria de la clase obrera contra el régimen capitalista.
Hoy los obreros del neumático junto al Sutna convocan para el sábado 20 un plenario nacional que hacemos nuestro. Llamamos a tomarlo como un punto de partida para la organización obrera y de los trabajadores para derrotar al DNU y la Ley Ómnibus. Los Comunistas de la Corriente Socialista Militante CMI Argentina te convocamoa a sumarte a estas tareas y que te organices con nosotros.
Organicemos las bases para desarrollarnos e ir trabajando hacia una fase superior: la conquista del poder por la clase obrera. ¡luchemos por la libertad de la mesa servida, luchemos por el Comunismo!