Cuando el movimiento nacional de protesta en Irán entra en su cuarta semana, los esfuerzos del régimen por reprimirlo sólo parecen haber tenido el efecto de agitar aún más a las masas y de atraer a nuevas capas. Ahora, se han unido miles de estudiantes y comerciantes de los bazares, así como importantes capas de la clase obrera, a los jóvenes de las calles y de los campus universitarios.
Y lo que es más importante, se han iniciado una serie de huelgas en el sector petrolero y petroquímico, el corazón de la economía iraní.
Cuando el sábado 1 de octubre, el régimen desencadenó una nueva campaña de ataques violentos contra los manifestantes de la calle y la universidad, preveía estrangular el movimiento emergente desde su raíz. Esas expectativas se han visto frustradas.
Mientras que cientos, posiblemente miles de estudiantes han sido arrestados, y decenas de universidades han sido cerradas, la mayoría de las más de 100 universidades atendieron al llamamiento a una huelga estudiantil a nivel nacional y se han mantenido firmes.
Mientras tanto, a los manifestantes se les ha unido un poderoso e inspirador movimiento de alumnas, que ha recorrido el país de punta a punta. Desde la reapertura de las escuelas, han circulado numerosos vídeos diarios de grandes grupos de jóvenes que estallan en protesta en sus escuelas, quitándose los velos, agitándolos en el aire, mientras corean lemas como “Mujeres, vida, libertad” y “Muerte al dictador”.
En una escuela de Bandar Abbas, las alumnas se quitaron el velo y salieron a la calle coreando consignas mientras eran perseguidas por la policía antidisturbios. Otro vídeo muestra a las alumnas apabullando a un orador de la organización paramilitar basij, que había sido invitado a dirigirse a su escuela, con el cántico “¡Basiji piérdete!” mientras agitaban sus pañuelos en el aire. En otros casos, se ha informado que los padres se han enfrentado a las fuerzas de seguridad después de que éstas hayan intentado detener a sus hijas.
Al mismo tiempo, los comerciantes de los bazares más importantes de Teherán –el Gran Bazar, Lalehzar, el Jardín de Sepahsalar y el Bazar de Tajrish– también se han sumado al movimiento, junto con el bazar de Shiraz, cerrando sus tiendas como han hecho los comerciantes de la provincia del Kurdistán y de otras ciudades kurdas durante varias semanas.
En lugar de acabar con el movimiento, la represión del régimen está incitando a la acción a capas más amplias. El sábado pasado por la noche, a pesar de una semana de acciones represivas, se produjeron las mayores protestas hasta la fecha en todo el país, extendiéndose por primera vez a las zonas obreras más pobres que antes se habían mantenido al margen. En el barrio obrero de Naziabad, en Teherán, los vídeos mostraban marchas relativamente numerosas, desafiando una fuerte presencia de seguridad y coreando lemas contra el régimen. Se informó de acontecimientos similares en toda la capital y en muchas otras ciudades.
En un vídeo digno de mención de Naziabad, un grupo de policías antidisturbios se quitó los cascos y marchó junto a los manifestantes, y uno de ellos dio una palmada en la espalda a un manifestante en señal de solidaridad. Este incidente anecdótico demuestra hasta qué punto la moral de las fuerzas represivas del régimen se ha visto afectada por la incesante presión del movimiento. Las bases de estas fuerzas suelen proceder de las mismas capas conservadoras pobres que en los últimos años han irrumpido en la escena política en protestas radicales contra el régimen.
Al sentir la simpatía latente de estas fuerzas en algunos casos, los manifestantes se han acercado a ellas pidiendo su solidaridad. Aunque todavía no ha llegado el momento de que las fuerzas armadas se rompan, estas medidas preparan el camino para tal acontecimiento en el futuro. Para ello, sin embargo, lo que se necesita primero es preparar un movimiento lo suficientemente poderoso como para plantear un desafío creíble al régimen.
Avivar las llamas del sectarismo
Aunque la represión estatal ha sido dura, también está claro que el régimen ha intentado (en general) mantener el número de muertos relativamente bajo. Todavía no ha desatado toda la fuerza de su aparato represivo en las protestas por miedo a provocar un movimiento mayor, y probablemente también porque no confía en sus propias fuerzas. Sin embargo, ese no es el caso de las zonas baluchi y kurda, dos de las más desfavorecidas de Irán.
En la provincia de Baluchistán, el régimen ha asesinado al menos a más de 110 personas en las últimas dos semanas, 97 de las cuales murieron el 30 de septiembre durante una protesta contra la violación de una niña de 15 años por parte de un jefe de policía local. Este suceso ha sido bautizado desde entonces como “Viernes Negro”. El régimen ha presentado falsamente la masacre como un enfrentamiento entre las fuerzas del régimen y una insurgencia suní local apoyada por Arabia Saudí, que ha asolado Baluchistán durante años.
Mientras tanto, las zonas kurdas, como hemos informado anteriormente, han sido testigos de escenas parecidas a una guerra civil. Estas zonas han acogido las partes más radicales y avanzadas del movimiento hasta ahora, con un alto grado de participación y organización, así como una convocatoria de huelga general que se remonta a los primeros días de protesta. Aunque comenzó con los propietarios de tiendas y comerciantes, los informes indican que la huelga en las ciudades de mayoría kurda también se ha extendido a partes de la clase trabajadora. Las protestas callejeras radicales han conseguido, en varias ocasiones, expulsar a las fuerzas del Estado de varios pueblos y de amplias zonas de las ciudades más grandes.
El régimen ha respondido en la última semana intensificando su represión hasta el punto de atacar a los manifestantes con artillería y drones. El sonido constante de las explosiones y el fuego de las ametralladoras se puede escuchar en los vídeos que salen de la ciudad de Sanandaj y Sakez, y el número de muertos parece ir en aumento. El régimen también ha advertido que está preparando incursiones en el norte de Irak para atacar a las organizaciones kurdas de izquierda que tienen bases allí.
En la propaganda del régimen se repite continuamente la falsa afirmación de que el actual movimiento está organizado por el imperialismo occidental en un intento de cambio de régimen, y con el fin de romper Irán mediante el apoyo a las minorías nacionales secesionistas.
Si bien es cierto que el imperialismo estadounidense y sus aliados saudíes e israelíes han llevado a cabo una política de cambio de régimen y han apoyado a grupos reaccionarios entre las minorías nacionales, no han conseguido hacerse con el control del actual movimiento.
No ha habido reivindicaciones ni cánticos secesionistas, ni en la zona kurda ni en la baluchi, ni en ninguna otra zona habitada por minorías nacionales. Más bien, es una clara táctica del propio régimen intentar dividir el movimiento desviando a algunos sectores del mismo por líneas nacionales y sectarias, una agenda que se alinea con la del imperialismo occidental.
Sin embargo, estos intentos no han tenido mucho éxito hasta ahora. Por el contrario, el movimiento ha despertado un profundo sentimiento de solidaridad entre los grupos étnicos de Irán, que el régimen ha intentado deliberadamente mantener divididos entre sí durante décadas como medio para mantenerse.
Para superar la opresión de las minorías nacionales, lo primero y más necesario es una lucha unida de todos los pueblos de Irán contra su enemigo común: la clase dominante iraní. Y para esta lucha es crucial la entrada en escena de la clase obrera como fuerza organizada.
Los trabajadores comienzan a moverse
Un paso importante en esta dirección se dio el lunes por la mañana, cuando unos 4.000 trabajadores de Bushehr Petrochemical, Damavand Petrochemical y Hengam Petrochemical dejaron sus puestos de trabajo y abandonaron las instalaciones en una huelga indefinida en apoyo del movimiento. Además, la empresa Sadra Petrochemical fue cerrada preventivamente por la patronal anticipándose a la huelga.
Estas empresas contratistas operan en el complejo petroquímico de Assaluyeh, uno de los mayores complejos de este tipo del mundo. Tras dejar sus puestos de trabajo, los trabajadores en huelga bloquearon una carretera de acceso al complejo con piedras y barriles de alquitrán ardiendo, mientras coreaban consignas como “Muerte a Jamenei” y “¡No lo llamen protesta, se llama revolución!”. Más tarde, los trabajadores también prendieron fuego a los edificios de la seguridad privada local.
A un trabajador que grababa la huelga se le pudo oír decir “¡Viva Irán! Vivan los lures, turcos, kurdos, árabes y bajtiaris”. Esta muestra de solidaridad de clase por encima de los orígenes étnicos es una respuesta a las acusaciones del régimen de que los trabajadores en huelga representan movimientos separatistas de minorías nacionales. Muestra el carácter instintivamente internacionalista de la clase obrera, su potencial para unir a todas las capas de la sociedad detrás de ella en la lucha revolucionaria, y cómo esa lucha puede superar la opresión nacional.
Los trabajadores de otras empresas cercanas también se unieron posteriormente a la huelga y a la manifestación. Se ha informado de que las fuerzas de seguridad locales se han reforzado y han bloqueado las carreteras que conducen a los trabajadores que protestan, para evitar que otros grupos se unan a ellos.
Pero sólo unas horas después de que estallara la huelga en Assaluyeh, los trabajadores también se retiraron del complejo petroquímico de South Pars en Kangan –otro enorme centro petroquímico– y en la refinería de petróleo de Abadán, epicentro histórico de la huelga general de tres meses que preparó el camino para el derrocamiento del odiado Shah Mohammad Reza Pahlevi en la revolución de 1979. En la huelga de ayer, se paralizó por completo la planta de la refinería de Abadán, a la que se sumaron los trabajadores de varias empresas de transporte de mercancías.
Estas huelgas, en las que predominan los trabajadores eventuales, fueron precedidas la semana pasada por dos advertencias emitidas por el Consejo de Organización de las Protestas de los Trabajadores Contratistas del Petróleo (COPOCW), organización que ha liderado una serie de huelgas a nivel nacional en los últimos años. Una advertencia similar ha sido emitida ahora por un grupo desconocido de trabajadores con contrato permanente, que operan las partes más esenciales de la industria petrolera y petroquímica de Irán. Tras el inicio de la huelga de ayer, el COPOCW publicó la siguiente declaración en su página de Télegram, que comienza con un poema de un poeta radical contemporáneo:
Haremos huelga: por los autobuses chatarra, por una vida tan valiosa como la de un animal, por los dormitorios plagados de chinches, por la comida contaminada, por las horas pico, por la hora en que te anuncian que tienes que hacer horas extras, por levantarte a horas intempestivas, por el cheque que nunca se cobró, por el seguro [social] impagado, por el reloj que te sacude más que el temblor de un autobús, por las ‘fuerzas del proyecto’, por todo esto protestaremos mañana.
“El Consejo de Organización de las Protestas de los Trabajadores de Contratos Petroleros, llama a todos los trabajadores petroleros – ya sean empleados de proyectos, los que tienen contratos permanentes, o los trabajadores a destajo, los trabajadores de transporte y operaciones de combustible, los compañeros que trabajan en la perforación nacional, la explotación, las refinerías y la petroquímica: a unirse a una huelga nacional en el sector petrolero en solidaridad con las protestas del pueblo. En esta huelga de solidaridad, el consejo organizador exige la liberación inmediata e incondicional de los detenidos recientemente y de todos los presos políticos, el desalojo de las fuerzas policiales de las calles, el fin de toda la represión y el juicio de las autoridades y de los responsables del asesinato de Mahsa Amini y de todos los que han sido asesinados por las fuerzas represivas del régimen durante este periodo”.
Inmediatamente después del estallido de la huelga en el sector petroquímico, el Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Caña de Azúcar Haft Tappeh, un sindicato que goza de gran popularidad y que se ha destacado por sus huelgas y reivindicaciones radicales, como la nacionalización y la gestión de los trabajadores en la industria, emitió una poderosa declaración llamando a una huelga general política en todo el país: Publicamos aquí la traducción completa de su declaración:
¡Camaradas! ¡Pueblo oprimido!
La protesta y el levantamiento callejero de las muchachas del sol y de la revolución ha entrado en su cuarta semana.
Chicas y chicos combativos han sacudido las calles y los callejones con la consigna “mujer, vida, libertad”, para lograr la libertad y la igualdad a través de su gloriosa lucha: libertad de la opresión y de la explotación, libertad de la discriminación y la desigualdad.
Nuestros hijos de la calle necesitan solidaridad y apoyo para librarse de la opresión, la asfixia y la discriminación.
En esta situación, en la que la sangre de nuestros hijos ha coloreado el pavimento de las calles, el inicio de la huelga de los trabajadores de varios sectores petroleros y petroquímicos ha insuflado nueva vida y esperanza al cuerpo de esta lucha.
Sólo cabía esperar, por el bien de la justicia y por el bien de los hijos del trabajo y del esfuerzo, que los padres y las madres, las hermanas y los hermanos explotados, se pusieran a su lado y detuvieran el movimiento de las ruedas de la producción y de la riqueza.
Hoy [10 de octubre], la primera chispa de esta unidad y solidaridad se encendió con la presencia entusiasta de los trabajadores de los proyectos que trabajan en Bushehr Petrochemical, Abadan Refinery y Asalouye.
La solidaridad de los trabajadores en apoyo de sus hijos, hermanos y hermanas en la calle, es la necesidad urgente de este movimiento.
El Sindicato de Trabajadores de la Caña de Azúcar Haft Tappeh, por su parte, felicita la huelga de los trabajadores de varios sectores petroleros y petroquímicos en apoyo a las protestas en la calle.
Nuestros hijos, hermanas y hermanos esperan que otros sectores de servicios y producción se unan a la huelga nacional, porque la liberación de la opresión y la explotación, de la discriminación y la desigualdad, sólo es posible con la unidad y la solidaridad.
Trabajadores y trabajadoras honestos y conscientes;
El levantamiento de las mujeres en la calle necesita apoyo. Las mujeres de esta tierra han decidido hacer un gran cambio, un cambio que traerá la liberación de las mujeres en otras áreas.
Este gran y loable levantamiento debe unirse a la huelga de los trabajadores de toda esta tierra.
Para librarnos de la discriminación y la opresión, para librarnos de la pobreza y la penuria, para tener pan y libertad, no dejemos solas a las hijas del sol y de la revolución.
Hijas del sol y de la revolución;
El día de la victoria, el mundo entero se quitará el sombrero ante vosotras, que habéis dado a todo el mundo una lección de lucha y resistencia.
¡Viva la unión y la solidaridad de clase de los trabajadores por la liberación!
¡Hacia una huelga nacional en los sectores de servicios y producción!
La entrada en escena de forma organizada de la clase obrera –en particular en la industria petrolera– es un punto de inflexión decisivo. La juventud revolucionaria ha demostrado una valentía y una voluntad de sacrificio inspiradoras. Pero eso en sí mismo no es suficiente para derribar el odiado régimen. Su posición en la producción da a los trabajadores el poder de paralizar todo el país y detener la represión del régimen.
Y lo que es más importante, una huelga general política pone inevitablemente en el orden del día la cuestión del poder: ¿quiénes son los dueños de la sociedad? ¿La clase dominante, que se mantiene únicamente gracias a la explotación de los trabajadores y los pobres? ¿O aquellos cuyo trabajo produce toda la riqueza?
El régimen es muy consciente de este hecho. Los que están en el poder ahora tienen un claro recuerdo de la huelga general de la revolución de 1979. Por eso siempre han aplicado una política de tolerancia cero con el activismo laboral en las principales industrias, especialmente en el sector petrolero, que es con mucho el más importante de la economía iraní.
Están apareciendo informes sobre la detención de activistas obreros y la movilización de las fuerzas de seguridad a importantes zonas industriales para reprimir la actividad huelguística. Pero esta represión, como hemos visto últimamente, podría tener el efecto contrario de incitar a más capas de la clase obrera a entrar en la lucha.
El papel de la juventud
La idea de una huelga general nacional ya ha capturado la imaginación de la juventud en las calles, en las escuelas y en las universidades. La tarea ahora es apoyar a los trabajadores y ayudarles por todos los medios a difundir el naciente movimiento huelguístico.
Estos esfuerzos ya están en marcha en muchas zonas. En Isfahán, el lunes por la noche, un grupo anónimo colocó en las paredes y en las ventanillas de los coches de algunas zonas de la ciudad folletos invitando a los trabajadores a unirse a la huelga general. Otra declaración de una universidad de Teherán se compartió ampliamente en Télegram, alabando el logro histórico de la huelga y calificándola de ejemplo a seguir en la lucha revolucionaria.
Esta campaña debe realizarse de forma organizada y sistemática para conseguir el máximo efecto. La juventud revolucionaria debe encontrar la manera de acercarse a los trabajadores y ayudarles en todos los retos prácticos y organizativos de la organización de la huelga. También deben escuchar las reivindicaciones de los trabajadores e incorporarlas a su propio programa.
Para llevar a cabo sistemáticamente este esfuerzo, es necesario crear comités de lucha revolucionarios en cada escuela, universidad, barrio y lugar de trabajo, que trabajen para difundir la agitación de la huelga y planificar los próximos pasos del movimiento. Esto ya está ocurriendo en algunas zonas. En la ciudad de mayoría kurda de Mariván, un grupo de jóvenes revolucionarios publicó la siguiente declaración, que ha circulado ampliamente en las redes sociales:
Resolución de la juventud revolucionaria de los barrios de Mariván
Resolución número 1
¡Pueblo combatiente de Mariván!
Vuestro levantamiento de masas comenzó en protesta por la trágica muerte de Shalier Rasouli y continuó junto con las protestas del pueblo iraní en todo el país, desencadenadas por el asesinato de Mahsa Amini por parte del gobierno.
Hoy, 23 días después del inicio del levantamiento de Mahsa, más de 100 ciudades, 50 universidades y decenas de escuelas se han unido a las protestas populares. Estudiantes y profesores se han unido al levantamiento masivo del pueblo iraní de diversas formas, y una vez más los estudiantes de la Universidad Tecnológica de Sharif se convirtieron en el bastión de la libertad.
Los jóvenes de los barrios han luchado desde el primer día. El pueblo del Kurdistán ha combinado la táctica de la huelga general con las protestas callejeras. Mientras tanto, los terroristas islámicos mataron a decenas de personas en Sistán y Baluchistán el Viernes Negro. Parte de los trabajadores del petróleo se han declarado en huelga y los trabajadores de todo el país han amenazado al gobierno con huelgas más amplias. En una palabra, la continuación de las protestas ha proporcionado gradualmente la oportunidad necesaria para la organización.
Amigos. La situación política de Irán nunca volverá a ser la de antes del levantamiento de Mahsa. Las mujeres de vanguardia van por delante del resto de la sociedad como pioneras de la protesta. Las mujeres que, tras años de gobierno asfixiante y tiránico, han encontrado una oportunidad para gritar por sus derechos, han olido una brisa de libertad, bailan y cantan en las calles con entusiasmo. No tienen nada en común con las mujeres que existían antes del levantamiento y nunca lo tendrán.
Por eso, nosotras, las jóvenes revolucionarias de los barrios de Mariván, hemos decidido avanzar en nuestras luchas de forma más organizada, como nuestras compañeras de Teherán y Sanandaj. De esta manera, pedimos a todos los jóvenes revolucionarios de los barrios de Mariván que se unan a este movimiento y ayuden a continuar las protestas.
Continuemos las protestas con todos los métodos e iniciativas que podamos. Manteniendo nuestra propia seguridad, podemos continuar las protestas y preparar gradualmente luchas más serias y organizaciones más amplias.
Otra declaración muy interesante fue la emitida por los estudiantes de la Universidad de Isfahán:
Resolución número uno: otro paso adelante, una gran reunión del pueblo y la conquista de las calles; ¿cuáles son los próximos pasos de nuestra revolución?
Teniendo en cuenta que en estos días, las protestas estudiantiles son como la sangre que fluye en el cuerpo de la revolución, manteniendo la revolución viva y cambiando constantemente la situación; ¡En primer lugar, tenemos que hacer hincapié en la continuación de las protestas de los estudiantes en todo el país!
El gobierno se encuentra actualmente en una posición muy débil. Hoy y esta noche, en ciudades como Teherán, Karaj, Arak y Kurdistán (Sanandaj y otras ciudades); el gobierno perdió varias calles de la ciudad y tuvo que retirarse temporalmente.
Ciertamente, a pesar de los altibajos, estas victorias pronto entrarán en diferentes fases, y con los errores causados por la fatiga y la incapacidad de las fuerzas represivas, sin duda podremos cambiar significativamente el equilibrio de fuerzas políticas entre los revolucionarios y el gobierno asesino.
En este sentido, el segundo punto es la organización urbana de la población en forma de consejos vecinales de protesta. Mediante la creación de plataformas seguras para la acción colectiva a través de redes seguras como Signal o Télegram, la población que protesta y la juventud que protesta de los barrios pueden hacer los arreglos necesarios para proporcionar alimentos, planificar acciones de protesta, armas de protesta y todo lo que necesiten. Sólo así podremos continuar las protestas y conseguir éxitos significativos en las calles.
Lo tercero, que es muy importante, es un elemento complementario llamado expansión de las huelgas generales a nivel nacional en toda la sociedad. En la actualidad, las protestas en la calle han registrado avances significativos. Con las huelgas generales y de ámbito nacional, los grupos que protestan en las calles se sienten más apoyados. Cuando las huelgas lleguen a los centros industriales matriz del trabajo y del transporte, la rueda de la represión del gobierno prácticamente dejará de funcionar. Ningún ejército o cuerpo puede sobrevivir sin los fuertes gastos militares que son financiados directamente por las industrias petroleras y petroquímicas del país.
Por último, es necesario mencionar:
Al mantener vivas las protestas en la universidad y fuera de ella, los estudiantes han confirmado su seria y firme decisión por una revolución humanista en Irán. Obtendremos la victoria y así destruiremos toda fuente de opresión y tiranía.
Las declaraciones anteriores ofrecen una visión del enorme poder creativo de la juventud, los trabajadores y los pobres. La autoorganización de las masas es una característica de todos los verdaderos movimientos revolucionarios. Lo vimos con el surgimiento de los soviets en la Revolución Rusa, y con las Shuras (que significa “consejos”) de fábrica y de barrio, que durante un breve período se disputaron el poder durante la revolución de 1979 en Irán. Estas estructuras constituyen el embrión de una sociedad futura que lucha por nacer.
Pero para alcanzar ese potencial, deben, en primer lugar, llegar a todas las capas de las masas, en particular a la clase obrera. Es imperativo que los comités de lucha se difundan lo más ampliamente posible y se conecten a nivel local, regional y nacional para convertirse en la expresión organizada de la voluntad del propio movimiento. De esta manera, también se puede abordar el problema aún no resuelto de la dirección.
La juventud iraní, y las mujeres jóvenes en particular, han demostrado un enorme poder revolucionario, resistencia y voluntad de sacrificio. Sin ayuda, sin organización y con poca experiencia, han provocado la mayor crisis de la historia del régimen actual. Sus luchas por el fin de la dictadura y la opresión se hacen eco de los anhelos de la gran mayoría de las masas iraníes.
Para ellas, el régimen actual no tiene nada que ofrecer sino más miseria. En un país rebosante de talento y manos dispuestas, y con vastos recursos naturales bajo su suelo, millones de personas se ven obligadas a soportar el desempleo crónico y la pobreza acuciante. Incluso para los que tienen la suerte de tener un trabajo, los salarios -si es que se pagan- rara vez cubren más que las necesidades básicas de la vida, si es que lo hacen. Para los trabajadores, el futuro sólo depara una mayor explotación y desesperación. Para los jóvenes, no hay futuro.
Mientras tanto, la única ocupación de los mulás que dirigen el país, y que predican la piedad y la modestia a todo el mundo, parece ser un incesante frenesí de saqueo, que se aprovecha del trabajo de los trabajadores y los pobres.
Esto no es sólo un reflejo del callejón sin salida del régimen actual, sino del callejón sin salida del capitalismo iraní en su conjunto. Muestra la absoluta incapacidad de la clase capitalista para ofrecer un camino hacia adelante a la sociedad. Incapaz de ofrecer nada más que un nivel de vida en continuo descenso, sólo puede sostenerse mediante la opresión más inhumana y la división de la sociedad en función del género, la nacionalidad y la religión.
La única manera de que el pueblo iraní se eleve por encima de las actuales condiciones de barbarie que se le ofrecen, para lograr una verdadera liberación, es luchar contra el propio sistema capitalista. Tomar el poder en sus manos y establecer una sociedad socialista libre de patrones y clérigos, y de opresión y división; donde la igualdad y la solidaridad universales sentarán las bases de una vida mejor para todos.
Fuente (incluidos vídeos e imágenes): https://www.marxist.com/iran-repression-provokes-backlash-and-calls-for-a-revolutionary-general-strike.htm