Las elecciones del día de ayer (6 de julio) reflejan importantes cambios en el escenario político nacional, el más importante de ellos de que la contienda expresa un hecho indudable a todas luces: que en general, entre las masas trabajadoras del campo y la ciudad, prácticamente no queda ni sombra del apoyo que millones le otorgaron a Fox en la contienda presidencial del 2000.
México
Las elecciones del día de ayer (6 de julio) reflejan importantes cambios en el escenario político nacional, el más importante de ellos de que la contienda expresa un hecho indudable a todas luces: que en general, entre las masas trabajadoras del campo y la ciudad, prácticamente no queda ni sombra del apoyo que millones le otorgaron a Fox en la contienda presidencial del 2000. La crisis económica que ya se ha prolongado por espacio de dos años y medio (y todas las implicaciones producto de ella) junto a la política antipopular del actual gobierno se trasformaron en amargas lecciones para los sectores oprimidos, terminado por expresarse la frustración y el descontento en las urnas. Una encuesta de Mitofsky destaca que la mitad de los que le dieron el voto a Fox durante el 2000 en esta oportunidad ya no votaron por el PAN. Esa mitad desilusionada voto al PRI (16.4%) y al PRD (16.35%) Cosa distinta sucedió con el PRD, partido que logro que el 80% de su voto del 2000 se mantuviera con él. En el caso del voto priísta del 2000, este se comporto con de la misma forma en el caso del PRD.
La contienda Federal
Junto a la tendencia de la abrupta caída en las simpatías del PAN, otro par de elementos a destacar es el alza en la intencionalidad del voto hacía el PRD por un lado y, lo que calificó el dirigente nacional del PRI, Roberto Madrazo, como un triunfo modesto: el prácticamente estancamiento del antiguo partido oficial.
Los resultados arrojan que el PAN, con un 30% de voto (en 2000 alcanzo35.6 puntos) sólo conservará 154 de las 208 diputaciones con que contaba; por su parte el PRI, con 34.2% de los votos (en 2000 alcanzo el 36.9) sube de 209 a 225 parlamentarios. Y el partido más beneficiado en las elecciones parlamentarias ha sido el PRD el cual, a pesar de su política de oposición de terciopelo, logra el 19.6% del voto, contra el 14.2 del 2000, pasando de 52 a 94 escaños en la cámara de diputados.
Los Estados
La tendencia hacia la baja del PAN se ratifica al momento de mirar los resultados en los Estados donde la gubenatura también fue electa. El caso más relevante es el de Nuevo León donde en esta ahora ex importante plaza panista también perdió Monterrey, ciudad emblema del foxismo. Ahora el gobierno del Estado y su capital han quedado bajo el dominio priísta. Contrario a este resultado es el caso de Querétaro donde el PAN mantuvo el gobierno (aunque por un margen muy reducido de escasos dos puntos sobre PRI) y el de San Luis Potosí donde el panismo le arrebato este gobierno al PRI. Por su parte el PRI logró mantener los gobiernos de Colima, Sonora y, por un escaso margen sobre el PAN, Campeche..
El Distrito Federal
En las contiendas por gobiernos estatales prácticamente el PRD no figuró, no obstante la situación en el DF, región que concentra aproximadamente al 20% de la población del país, fue diametralmente opuesta. En las lecciones del 2000 el PRD logro mantener en sus manos el gobierno de la capital, pero hubo dificultades: en ese entonces el PRD, con López Obrado al frente, logró 39.57 % de los votos contra 34.0% de Santiago Creel del PAN. Ello representó un importante retroceso con relación a la aplastante victoria lograda en 1997 cuando en es ta ciudad gano simplemente todo: diputaciones locales y federal junto con el gobierno capitalino. Este hecho tuvo un peso relevante para la posterior debacle del PRI.
En las elecciones de ayer nuevamente el voto hacia el PRD se manifiesta como toda una aplanadora: de acuerdo a resultados preliminares el PRD ganó los 40 distritos locales y cuando menos 14 de las 16 delegaciones políticas en la que se divide el DF. Por su parte el PAN sólo ha ganado una delegación y el PRI mantiene fuertes expectativas favorables en Milpa Alta (aun que aun no hay un resultado oficial, todo parece indicar que esta delegación quedará en manos priístas por un escaso margen sobre el PRD) Pero al margen de estos resultados, el PRI y el PAN en el DF la contienda indica la muy escasa influencia que tienen estos partidos. No obstante aun es muy temprano para considerarlos muertos y por ello el PRD del DF no se puede confiar, esperemos que eso lo tengan claro los dirigentes de este ultimo partido.
El abstencionismo
Es cierto, dada su naturaleza, que las elecciones por la presidencia de la Republica siempre han gozado de una mayor participación con relación a las contiendas locales y las intermedias; pero en general, trátese del tipo de elección que sea, salvo las elecciones de 1994 donde la asistencia a las urnas fue del 77%, el abstencionismo se ha presentado como un factor de enorme peso. Las recientes lecciones nos han sido la excepción, en ellas el abstencionismo fue del 59%, lo cual representa un importante repunte si timamos en cuanta las proporciones alcanzadas durante 1997 (43%) y el 2000 (36%)
Para explicar este fenómeno se requiere especial cuidado para no sacar conclusiones mecanicista al estilo de los políticos reformistas, para los cuales las masas que no asistieron a las urnas son simplemente apáticas. En ultimas instancia, para estos reformistas las masas y su apatía son las culpables de la forma en que marchan las cosas al no acudir y votar en su favor ¡Tienen el gobierno que se merecen…! gritan histéricos los reformistas. Las cosas no son así, nada más lejano a la realidad que el culpar a las masas de los errores de sus dirigentes.
El abstencionismo es un fenómeno complejo en el cual intervienen distintos factores que se combina y dan un determinado resultado; para los marxistas existe una ley científica en la cual nos guiamos para elaborar nuestras opiniones: de acuerdo a Marx, lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, la unidad de lo diverso. Ese es nuestro punto de partida y de él desprendemos nuestros análisis de los diferentes procesos sociales.
Es cierto que un primer elemento a considerar es el atraso político entre algunas capas de los sectores más empobrecidos de la sociedad, para ellos la lucha diaria por la supervivencia, la cual se les presenta como una tarea titánica, apenas si les deja tiempo y energía necesarias para pensar en otras cosas distintas, entre ellas la política. La desmoralización y las presiones diarias pesan sobre sus espaladas como una enorme loza de concreto.
Otro factor que favorece el abstencionismo es el hecho de que los diferentes procesos significan muy poco para un amplio sector de trabajadores menos activos políticamente hablando, para ellos las elecciones representan una proceso estéril dado que ya han sido testigos en muchas ocasiones de cientos de promesas incumplidas por los partidos y ha cambio de ello lo que sí han visto es que nada se soluciona, sino por el contrario. Eso al mismo tiempo que los políticos acumulan fortunas y disfrutan de jugosos salarios. Bajo estas condiciones mucha gente saca la siguiente conclusión: así no tiene sentido votar. Pero también hay otros trabajadores que han ido más lejos de aquella reflexión y se sienten confundidos y en disgusto por la política que ha ofrecido en el ultimo periodo el partido que dice representarlos, en este caso el PRD. Se trata de aquellos que se sienten frustrados porque el PRD no ha hecho llamados serios para luchar contra la política de Fox y defender con ello el empleo y los salarios; que están molestos porque en el partido se les ha abierto de par en par las puertas a los expriístas renegados como Camacho Solís, que no entienden como en su localidad es candidato una persona que no tiene ningún vinculo con los sectores oprimidos y que por el contrario es egresado de una cara universidad norteamericana. Cuestiones como estas también favorecen al abstencionismo el cual favorece en última instancia al PAN y al PRI.
Los reformistas no se deben quejar de los abstencionistas dado que en buena medida ellos son responsables. Una política distinta por parte del PRD tendría un efecto profundo para hacer menos pesada la carga del abstencionismo. En lugar de estar tratando de llegar a consensos con los partidos de la burguesía, el PRD debería estar convocando a la movilización en las calles para defender los interese de los trabajadores del campo y de la ciudad; en lugar de hacer una campaña de marketing apoyada principalmente en lo medios electrónicos, el PRD se tendría que basar en las concentraciones masivas en las principales ciudades; en lugar de slogans vacíos (¡vota por la esperanza!) el PRD debería exponer consignas claras en las cuales los trabajadores puedan ver nítidamente reflejadas sus aspiraciones en cuanto a empleo, condiciones de vida, derecho la salud y educación publica, etcétera. Una política de estas características no sólo reducirá significativamente el abstencionismo, sino que además habría representado un notable incremento del voto para el PRD por encima del logrado el pasado 6 de julio poniendo al PAN y al PRI al borde del colapso. En otras palabras, el abstencionismo también tiene que ser interpretado como un serio cuestionamiento hacia la política del PRD.
¿Qué están expresando las elecciones?
En general las elecciones y sus resultados reflejan lo complejo y contradictorio que son los diferentes procesos políticos: el PAN se desinfla aun que le arrebata al PRI San Luis Potosí; el PRI gana el ex panista Estado de Nuevo León pero su preferencia hacia le voto por diputaciones cae casi dos puntos con relación a lo logrado durante el 2000 y por su parte el PRD incrementa significativamente su voto por diputados, consolidad de forma apabullarte su fuerza en el DF pero no figura en las elecciones por gubernaturas que fueron disputadas.
Pero no obstante lo contradictorio del proceso electoral no es difícil comprender que los resultados son un estupendo sensor para comprender el estado de animo de las masas las cuales por medio del voto están relejando una importante y profunda desilusión hacia Fox y el PAN al lado de un fuerte escepticismo hacia la demagogia del PRI el cual se ha tratado de presentar como un partido de oposición frente al gobierno del PAN, para las masas no resultados fácil olvidar décadas de corrupción y las amargas secuelas que significaron sobre sus niveles de vida gobiernos como el de Salinas y Zedillo.
Ante todo ello, y dada la ausencia de algo diferente, un sector importante de las masas ha volteado de nuevo su mirada hacia el PRD, en este partido estos millones de seres humanos han depositado su confianza para tratar de frenar la ofensiva de la derecha. Este ultimo aspecto es de verdadera relevancia pues ilustra la manera en que cada vez son más los trabajadores que han logrado calificar en su conciencia lo que representan los partidos de la burguesía.
Los resultados representan en general un golpe importante para la burguesía y sus partidos: para el PAN tal acontecimiento se transformará en el estallido de una crisis aun no conocida por ese partido; por su parte el PRI experimenta, dados los resultados, una recuperación muy reducida que es insuficiente para repartir cargos y poder como para atemperar en algo las pugnas internas. A pesar del supuesto optimismo de Madrazo, lo logrado no alcanzará para remediar en algo la crisis que vive el PRI desde hace algunos años. En síntesis, la contienda electoral del pasado 6 de julio dejó bastante mal parados a los partidos de la burguesía de cara a las elecciones presidenciales del 2006.
Pero la dirigencia del PRD no puede echar las campanas al vuelo. Es cierto que el PAN y el PRI tienen en su contra la crisis económica, sólo una recuperación importante de la economía le darían un margen de maniobra a estos partidos para que por medio de sus gobiernos estatales (el PAN también a través del gobierno federal) pudieran ofrecer algo a las masas, sin embargo esta perspectiva no es la más probable a corto y media plazo.
Dicho ello en todo caso ¿sobre qué puede darse una recuperación que le permita al PAN o al PRI llegar al 2006 con ciertas posibilidades de triunfo? Si la economía no es un factor entonces la única opción que queda es la política que aplique el PRD, si este partido no pasa a la ofensiva y logra distinguirse claramente del PRI y del PAN por medio de una política mucho más a la izquierda de la que ha aplicado en los últimos años entonces se creara confusión y desconsuelo entre las masas. Eso le dará un tanque de oxigeno a los partidos de la burguesía y les creará un margen de maniobra para intentar recuperarse y con ello llegar en mejores condiciones al 2006.
Considerando esto, hoy más que nunca, y tomando en cuenta que en otros terrenos, el de las movilizaciones y las huelgas, las masas están dando nuevas muestras de su disposición a luchar, el destino del PAN y del PRI ya no está en manos de sus respectivos dirigentes. Eso por el momento está en manos de los dirigentes del PRD, ellos lo deben comprender y no deben asustarse pues si convocan a terminar con la pesadilla PAN-PRI las masas no dudaran un minuto en responder favorablemente. Pero insistimos, si no hay un giro hacia la izquierda en la política de la dirección perredista, el PRI y el PAN se podrían levantar de la lona y meter en aprietos al PRD.
¿Qué sigue tras el 6 de julio?
Para los marxistas las elecciones son sólo un episodio de un proceso más general y complejo, en ultima instancia de la lucha de clases. Los marxistas debemos tener cuidad en no promover ilusiones en cuanto a los alcances de las elecciones como o hacen lo reformistas, pero no podemos cerrar los ojos, como lo hacen los sectarios, ante un proceso en el que millones de trabajadores del campo y la cuidad aun tiene importantes expectativas y lo usan para luchar contra la burguesía y sus partidos. La caída en el voto del PAN, el prácticamente estancamiento del PRI y el notorio asenso en el voto del a PRD reflejan el estado de animo entre las masas oprimidas. Esos resultados deben ser interpretados como una mayor disposición de parte de los trabajadores a no seguir permitiendo que sus intereses sigan siendo pisoteados.
La dirección del PRD debe poner los pies sobre la tierra y entender que la crisis económica que vive el país esta empujando al imperialismo y a la burguesía a un punto en el que no tendrán otro remedio que intentar sacar adelante sus contrarreformas pendientes a toda costa; que llegado ese punto arremeterán como nunca para tratar de privatizar el sector energético, eliminar las conquistas de la Ley Federal del Trabajo, imponer el IVA para medicamento y alimentos, etcétera. En ese momento la oposición parlamentaria que el PRD pueda ejercer en las cámaras será totalmente insuficiente para frenar a Fox y la burguesía los cuales buscaran llegar a acuerdos para comprara la voluntad de quien sea y lograr los votos necesarios de diputados y senadores para modificar la ley en su beneficio y en contra de nuestros intereses.
Así, el único camino que le queda al PRD si es que verdaderamente está dispuesto a defender los intereses de los trabajadores el de apoyar la lucha parlamentaria con las masivas movilizaciones en las calles. El asenso del voto del PRD ilustra la disposición de las masas para responder llamados a la lucha. Pero esa disposición ya se ha estado manifestando desde tiempo atrás, las recientes movilizaciones de El campo no aguanta más son un ejemplo de ello; pero también podemos mencionar otros casos, uno de ellos son las movilizaciones de los pasados meses y que obligaron a Fox a retroceder por el momento en sus deseos de privatizar a la industria eléctrica.
Las condiciones entre los trabajadores están mas que maduras para luchar, y por su parte Fox que ya de por sí era débil, tras las elecciones lo es aun más. Una convocatoria seria a luchar por parte de los sindicatos y del PRD haría que el régimen se tambaleará de pies a cabeza, ello obligaría a al burguesía a replegarse. Bajo una situación con estas características incluso le podíamos imponer algunas de nuestras condiciones a Fox.
Esa es la política que debe seguir el PRD y no la de llegar a acuerdos y no convocar a la movilización. Esa es la política que favorece a los banqueros y empresarios y que ya se tradujo en un importante descalabro para el partido en las elecciones del 2000.
Las condiciones para propinarle un golpe como nuca a la burguesía y sus partidos, el PAN y el PRI, durante las presidenciales del 2006 están más que maduras. Si la dirección del partido opta por los acuerdos y los buenos modales, los militantes de base junto con el resto de la clase trabajadora deberemos empujar con todo para cerrarle el paso a su política de oposición de terciopelo. Hoy los trabajadores tenemos en nuestras manos la posibilidad de frenar los ataques de la burguesía y mandar a la lona a sus partidos en las lecciones del 2006 y no debemos permitir que nada ni nadie eche a perder esas oportunidades.
Militante (México)