Vamos por la organización de la clase trabajadora mediante la construcción de una herramienta política que defienda nuestras conquistas y derechos.
Milei asumió en diciembre del 2023 con un discurso anti casta. Contrario a ello, lo que hizo en su primer año de mandato es repartir ganancias y aumentar privilegios para la casta. Aplicó un ajuste a los jubilados, la educación, la salud y la clase trabajadora en su conjunto. Atacó a las universidades en su presupuesto, cerró hospitales y pymes, que llevó a la pérdida de más de 10 mil puestos de trabajo. Despidió y arremetió contra los trabajadores y trabajadoras de la administración pública nacional. Cerró instituciones, dejando a miles en la calle. También embistió a las organizaciones de desocupados, para desmantelarlas y debilitar su capacidad de resistencia y organización.
Los trabajadores, organizaciones sociales, estudiantes, colectivos y minorías salieron a contestar cada ataque con grandes movilizaciones. Mientras el pacto de gobernabilidad se consolidaba en ambas cámaras, la CGT, el PRO, los radicales y sectores del PJ apoyaban el programa “libertario” del presidente, facilitando su avance, apoyando por acción u omisión el DNU 70, con reforma laboral incluida, y la Ley Bases, contraria a las conquistas obreras.
Las declaraciones de Javier Milei en Davos atacaron a las personas trans, a las parejas gay que adoptan hijos (a quienes trató de “pedófilos”) y a las mujeres, a quienes acusó de querer ganar privilegios sobre los hombres. También arremetió contra los migrantes, a quienes calificó como una “horda que abusa, viola o mata”. Además, amenazó a los “zurdos”, prometiendo perseguirlos “hasta el último rincón”. Mientras tanto, el Ministro de Justicia, Cúneo Libarona, declaró: “Se acabó la joda del género”.
Estas declaraciones, junto con el paquete de medidas anti-derechos de la mujer, atacan conquistas muy sentidas, como la calificación agravada por el delito de femicidio. Recordemos que solo en 2024 hubo 318 víctimas de violencia de género (283 femicidios, 3 lesbicidios, 8 trans/travesticidios y 24 femicidios vinculados de varones), una víctima cada 27 horas.
Su violencia contra los “zurdos”, queriendo exterminarlos, su discurso de odio contra el colectivo LGTBIQ+ y/o los migrantes, expresa claramente la basura ideológica más repugnante que engendra el sistema capitalista, y nos hace recordar a épocas nefastas que llevaron a la desaparición de más de 30 mil personas, y a la cual no debemos volver.
Los trabajadores y trabajadoras, los colectivos y minorías sexuales, debemos organizarnos para construir una herramienta de poder, con la clase obrera al frente, que defienda nuestros derechos de tantos ataques que sufrimos, y torcerle la mano al gobierno liberal, que se escabulle en las instituciones democráticas para aplastar nuestras conquistas, pretendiendo arrancar los derechos democráticos conquistados por la clase trabajadora en más de un siglo de luchas.
Milei, a tono con el discurso de Trump, está aumentando su retórica violenta y opresiva hacia las minorías sexuales. De esta manera, busca distraer la inmensa transferencia de riqueza hacia los bolsillos de los capitalistas y la creciente miseria de la clase trabajadora. El programa económico del Gobierno provocó una recesión, y no hay horizonte de una recuperación de salarios y empleos.
La homofobia, el racismo y otras formas de opresión siempre han sido una herramienta valiosa para los capitalistas, ya que les permite poner a un sector de la clase obrera en contra de otro, culpando falazmente a una minoría de los problemas objetivos de toda la clase, y así, obstaculizando la unidad de toda la clase trabajadora en una lucha para derrocar a su enemigo común, los mismos capitalistas.
Por esta razón, los comunistas somos los luchadores más determinados y consecuentes contra la opresión de disidencias de género y sexuales. Sabemos que, para liberar al colectivo de su opresión, debemos señalar los límites del sistema capitalista y, por lo tanto, vincular la defensa de nuestros derechos con la necesidad de derrocarlo. La clase obrera es la única que puede unir la lucha de todos los oprimidos, en una lucha contra el sistema hacia un objetivo común: la construcción de una nueva sociedad, libre de opresiones, que pueda garantizar derechos para todos y todas.
La lucha entre distintas identidades que propone la interseccionalidad y la mercantilización de las reivindicaciones del Orgullo borran los intereses de clase dentro del colectivo. Ambas tendencias, en última instancia, protegen los intereses de la clase dominante. ¡Debemos luchar unidos!
Esa nueva chispa de indignación que se canalizó en asambleas, convocando a marchar en todo el país este 1F, debe continuar organizando asambleas, plenarios y reuniones donde debatamos una salida de los trabajadores en defensa de nuestra vida y nuestros derechos, sin poner ilusiones en las elecciones y en las instituciones del Estado, que están diseñadas para mantener los privilegios de los capitalistas.
¡Contra la LGTBIfobia y contra toda opresión: unidad de clase y revolución!
¡Organizate con los y las comunistas!